ANDREA UNA NIÑA MUY FRANCA

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ANDREA UNA NIÑA MUY FRANCA

Andrea es una niña muy despierta, le gusta compartir y disfrutar con sus compañeros de escuela, así como con sus amigos de la cuadra, estudia 5to Grado, su maestra está muy contenta con ella, ya que es muy colaboradora e inteligente,  sus notas son altas, le encanta jugar y participar en todas las actividades,  sin embargo Andrea tiene un defecto, es directa en sus comentarios, sin evaluar si afectan a la persona a la cual se lo dice, esta característica la tiene desde muy pequeña, es franca y  en muchas ocasiones la dureza de sus comentarios le ha ocasionado muchos problemas de relaciones con otras personas.

Andrea no entiende por qué es así, ni si quisiera se preocupa de corregir este defecto, ya que ningún amigo se lo ha dicho, quizás porque son niños y el niño aunque tenga diferencias, en ocasiones no toma en serio los  comentarios y sigue adelante con su amistad.

Cierto día, Andrea se encontraba jugando en su cuadra, con Pedro y Reinaldo, en ese momento aparece Diana, con un vestuario muy colorido pero nada combinado y Andrea sin reparo le dice:

-¡Huy! Amiga, ¿dónde te vestiste… en la oscuridad? – Parece que perdiste la llave de la combinación  de la caja fuerte de tu clóset.

Diana, ni corta, ni perezosa para responder le dijo: – No amiga, es de mi agrado esta combinación de colores, y siguió caminando.

-Pedro, le dice: – Andrea no seas tan rígida con Diana, cada quién tiene sus gustos para vestirse.

-Andrea le señala: – es verdad Pedro, pero anda muy mal combinada y la tonta parece que no lo nota.

En eso aparece un mendigo, que les pide comida. Andrea le dice:

-No señor, no tenemos comida,  – ¿por qué usted no se va a trabajar?  -¡No sea un vago!

El señor entristecido se alejò, despacio.

Cuando se cansaron de jugar, se dirigieron a una bodega cercana para comprar refrescos, Reinaldo pidió tres refrescos de uva, la señora que atiende el negocio le dice: – Cada refresco vale 3.000 bs (bolívares venezolanos)

-¡Señora que caro!, indicó Andrea. – le parece que somos millonarios, usted es una abusadora.

A pesar del comentario grosero de Andrea, la señora le responde de manera educada: – Los precios han subido, no los puedo bajar ya que pierdo en mi negocio.

Reinaldo, le da un codazo a Andrea, indicándole que se calle, compra calladamente los refrescos, paga su precio y se van del lugar.

Reinaldo, le manifiesta a Andrea que fue muy grosera con la señora de la bodega y que debe corregir esta manera de hablar.

Andrea se encoge de brazos y continúa su camino, bebiéndose sin preocupación su refresco.

Cuando llegan a su casa, se sientan el portal, en ese momento pasa un vecino, cargando con dificultad dos pipotes de agua.

Andrea le manifiesta. –Señor Manuel, parece un burro, cargando esos peroles.

El señor se detiene y le dice – Andrea, en lugar de criticarme, ¿por qué no me ayudas?

Andrea se ríe y le dice: -Hoy no tengo tiempo, no ve que estoy compartiendo con mis amigos.

Reinaldo y Pedro, sin decir nada, ayudan al señor con sus pipotes de agua. El señor agradecido le brinda un pedazo de torta que tenía en su casa. Saliendo los dos muy contentos del lugar.

-Viste Andrea, te perdiste de una torta maravillosa, simplemente por no ayudar al señor con su carga.

-¡No importa!, responde Andrea, aunque sin decirles nada a sus amigos, se sintió un poquito mal, admitiendo muy para sus adentros que actúo mal con el vecino que la conocía desde hace mucho tiempo.

La mamá de Andrea, le
indica, que debe entrar para que la ayude con la cena, ella accedió sin mostrar
renuencia. Se despidió de sus amigos y se metió a su casa. Su rostro denotaba
cierta tristeza, su madre se dio cuenta y le pregunto: – ¿Qué te pasa hija?,
¿algo sucedió en tu salida de juego?

Su mamá la conocía y sabía perfectamente de su defecto, pensó que había pasado algo con ella y su relación comunicativa con los demás.

-¿Será que hoy has sido muy sincera con las personas con quien te topaste?

Andrea, miro a otra parte y aseveró: – no pasó nada mamá, te lo aseguro.

Al día siguiente, se le hizo muy tarde para ir a la escuela y no se dio cuenta que se puso dos medias de diferentes colores, salió muy tranquila y entró al patio.

Cuando llego, Diana recordando la característica de su compañera le dijo: – Amiga: – ¿Hoy perdiste la llave de la combinación perfecta de tu closet con tus medias?

Andrea, miró sus medias y casi se desmaya con la observación, se sintió apenada,  quería correr inmediatamente  a su casa a cambiarse, muchos compañeros al escuchar el comentario se rieron frente a ella y se burlaron.

Andrea, corrió al baño, quería irse de la escuela, pero no podía, tendría que tener una muy buena justificación y realmente esa no era una razón de peso. Reflexionó, lloró un ratito y volvió al salón, debía seguir adelante.

Ese día  comprendió que puede ser muy duro un comentario y afectar a la persona que se lo estás diciendo. La maestra que percibió el incidente, al iniciar la clase, comentó la importancia de respetar a los compañeros, evitando comentarios inadecuados, explicándoles a sus estudiantes que deben ser sensibles ante los demás, sus necesidades y  cualidades especiales, al terminar pasó cerca del puesto de Andrea y le guiño el ojo.

Andrea le sonrío y pensó en la importancia de manejar lo que decía  con las personas que le rodean, ya que esto puede herir sus emociones, tuvo que sentir en carne propia una burla y sus consecuencias.

A medida que pasaba el tiempo, Andrea evaluaba sus comentarios y paulatinamente cambio su manera de decir las cosas, aspecto que le garantizó mejores relaciones con las  personas que  convivía, siendo muy feliz y excelente niña.

¿Eres muy franco con tus compañeros y amigos?

¿Ésta característica, te ha causado algún problema?




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