22.4
Soy la chica que siempre pide mechero para encenderse las penas,los ojos tristes que ven las gotas corriendo por las ventanas.
Duermo con la cabeza bajo la almohada para no escuchar a las moscas suplicarme que no me mate. Dime qué demonio es el que te da más miedo.
Tengo las manos sucias y vacías de tanto tocarme el coño,y las pupilas cristalizadas de mirar tanto ninguna parte.
He soñado despertarme enredada en otro cuerpo en un sitio en el que he visto ver nacer el sol.
He follado desde los dieciséis y he echo el amor a los diecinueve,
he manchado mi lengua de nuncas y me sabe mal haberla manchado sus ojos.
Dime cuando me dan mi aprobado en esto de ser imbécil.
Dime porque me he ganado el amor de una chica tan guapa.
Mientras estoy aquí escribo cosas que nunca termino,no se me ocurren finales desde que la prometí para siempre. A veces la dejo asomarse entre mis pedazos para que vea que no estoy tan rota. A veces se la ocurren abrazos para recomponerme.
Ahora soy la chica que quiere Domingos de beberle el café de la boca cada vez que sonríe,y la que toca madera cada vez que salen los trenes.