Pocas flores
POCAS FLORES
Hay un enjambre de horas que me asaltan
en las esquinas de la monotomía.
Busco un punto y aparte como un túnel
que engarce los dos lados de mi vida.
Pocas flores, sí,
y un exceso de líneas
para encerrarme adentro
y acallar el estruendo
de versos y de aristas contenidas.
Me asola la cadencia imperturbable
añoro los excesos, los fuegos y las iras,
zarpar con la verdad, desnuda y sola
y arribar al fulgor de otras orillas.
Pocas flores, sí
y un exceso de sombras
entre las líneas negras
de la vida no escrita.
Hoy sueño una epidemia de música y de lápices
arañándome el vientre y violando las líneas,
las que trazaron o tracé, nunca lo supe,
para que no escaparan indecentes
la libertad de amar, la sed o la poesía.
Muchas flores, hoy sí,
vuelve el exceso
que inunda los desiertos
e incendia los silencios.
Hay un enjambre de alas
en las esquinas rotas, las heridas
y en un cielo de tierra, cien mil flores
y otras cien mil estrellas, ya son mías.
María José Maestre