Historia de Amor

sa_1454090499ALUNADO

Historia de Amor

No podía dormir

no podía escribir

no podía seguir comiendo techo esa noche

me levanté, fuí hasta la cocina, la prendí

puse a calentar un poco de leche, luego la serví

de pronto vi que la luna estaba en el vaso

redonda como su boca, alta como su llenura

comencé a beberla con mis ojos

comencé a mirarla con mis manos

comenzamos a hablar

le dije que sufría de insomnio

me dijo que también sufría de insomnio

le dije que estaba solo como un hoyo

me dijo que estaba sola como un cráter

capturé la seña en el aire y de una la invité a salir

dijo que sí, menguando su cara

hasta robarle una sonrisa

 

al rato estábamos rodando por las calles

hablando, hablando, hablando

afuera los perros no paraban de ladrar

llegamos “sin querer” hasta el cine

hasta esos cines que se entra con carro

y nos estacionamos en la última fila

la capa de la noche nos cubrió

la película transcurrió sin sobresaltos

cuando la función ya iba a terminar, vi que mi mano

lentamente se resbalaba por el reflejo del retrovisor

pero ella no decía nada

vi que mis ojos ya no querían ver la película aunque estaba buena

pero ella no decía nada

la mire, en ese momento también me miro y dijo: tengo frío

es mi oportunidad pensé

la arrope con mi brazo que ya estaba a punto de caer sobre su hombro

y la película terminó

qué buena peli me dijo, gracias por invitarme

yo solo quería besarla

qué final tan interesante, muy inteligente y emocional

yo solo quería besarla

cuando me percaté, estábamos besándonos

nos besamos un largo rato

un largo largo largo rato

hasta que de pronto

la luz del alba comenzó a despuntar por las montañas

me dijo que tenía que irse, yo no quería

pero comprendí su condición, la mía

la llevé hasta la puerta de su casa

y ahí nos despedimos viéndonos a los ojos

 

pasaron las horas más lentas

que pude haber vivido en un día

llego la noche de nuevo

y yo no podía dormir

no podía escribir

no podía seguir comiendo techo otra vez

me levante, fuí hasta la cocina, la prendí

puse a calentar un poco de leche, luego la serví

la luna apareció en el vaso

redonda como su boca, alta como su llenura

me reconoció, nos besamos al instante

desde ese momento supe que seríamos más que amigos

marqué la fecha en un calendario

volvimos a salir

esta vez a pié por las calles

hablando, hablando, hablando

los perros no paraban de ladrarnos

esa noche fuimos al circo

yo le compre una cotufas y la sal brillo en sus mejillas

majestuosamente

cuando salimos del espectáculo ya había parado de llover

así que tuvimos que saltar los charcos de regreso

su reflejo brillo en el agua

majestuosamente

cuando ya nos íbamos a despedir

le dije que quería ser su novio

ella dijo que lo iba a pensar

nos despedimos viéndonos a los ojos

 

pasaron las horas más lentas

que pude haber vivido en un día

ansioso por su respuesta

llego la noche de nuevo

y adivinen quién no podía dormir

no podía escribir

no podía seguir comiendo techo otra vez

me levante, fuí hasta la cocina, la prendí

puse a calentar un poco de leche, luego la serví

mi luna apareció en el vaso

redonda como su boca, alta como su llenura

antes de darnos un beso me dijo: no preguntes nada

esa fue la mejor noche de mi vida

esa noche no salimos

esa noche nos quedamos en el mueble

arropados hasta el cuello

viendo las estrellas por la ventana

hablando, hablando, hablando

de pronto la oscuridad nos calentó por debajo

las ganas se nos subieron hasta el cuello

nuestras bocas no dijeron más nada

su piel y la mía fueron indistinguibles

un largo y profundo sueño nos reclamó al final

a la mañana siguiente, cuando desperté, ella no estaba

como de costumbre pensé que se había ido

obviamente por su condición y por la mía

pasaron las horas más lentas

que pude haber vivido en un día

solo recordándola

llego la noche de nuevo

yo no quería dormir

no quería escribir

no quería seguir comiendo techo otra vez

me levante, fuí hasta la cocina, la prendí

cuando fuí a calentar un poco de leche

ví que se había acabado, casi me da un mal

me monté en el carro y salí corriendo por las calles

buscando un lugar donde comprar un bendito litro de leche

pero todo estaba cerrado

todo estaba cerrado, todo estuvo cerrado esa noche

rodé y rodé por las calles asoladas de la ciudad

los perros nunca me ladraron

cuando por fin me detuve, solo en una plaza

renunciado me bajé del carro y prendí un cigarrillo

cuando alcé la vista

vi que detrás de una nube había una luz

es ella me dije, mi amada

le grité pero ella no volteo

le seguí gritando pero nada

no sabía qué hacer, se estaba yendo

me monté en el carro y corrí a toda velocidad, persiguiéndola

corrí y corrí hasta salir de la ciudad

ví que poco a poco

su silueta se posaba sobre la tranquilidad de una laguna

me acerqué hasta allá, estacione el carro en su orilla

comencé a hablarle, luego a implorarle pero nada

su figura se veía grande pero distante sobre el espejo del agua

señorialmente antipática

le pedí disculpas pero ella no quiso nada

me quedé ahí, aguantando frío como un pendejo hasta que amaneció

 

pasaron las horas más lentas

que pude haber vivido en un día

compré todos los litros de leche que me vendieron

llegó la noche de nuevo

no podía dormir

no podía escribir

no podía seguir comiendo techo como siempre

me levante, fuí hasta la cocina, la prendí

puse a calentar un poco de leche, luego la serví

la luna no apareció en el vaso

lancé con furia el vaso contra el suelo

la leche se regó por toda la noche

lo que antaño fue su rostro, hermoso

platónico, majestuosamente elegante

ahora era un mapa blanco desfigurado

las últimas gotas se escurrieron por el sifón

ahora sí pude escribir




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