Alas de cristal
Había una vez, dentro de un lugar ya olvidado hace tiempo, una pequeña caja de música, redonda como un pastel, con piedras incrustadas de miles colores pero invisibles bajo una gran capa de polvo, sola en la oscuridad. Sin embargo cuentan que en las noches cuando la luz de la luna llena pasa por la única ventana y se refleja en la caja, esta se desempolva mostrando sus hermosas gemas, y se abre, para así dejarte ver dentro de ella, en donde se encuentra un pequeño ser alado en posición fetal, con piel de oro y alas de cristal, que poco a poco se mueve, apartando su mano de su pierna y elevándola hasta su cabello de metal, mientras sus pequeñas alas despiertan para comenzar a aletear y así ir levantando a la pequeña hada hasta dejarla en pie.
En ese instante oyes la caja sonar y ella abre los ojos para así dar por comenzado el acto, el hada, en su pequeño círculo empieza a bailar, dando vueltas con gran gracia y belleza, hasta dejarse llevar y comenzar a revolotear bailando por toda la sala, mueve sus manos, agita su cabello y sonríe, al son de la música, es libre, es feliz, bailando toda la noche, dejando sobre cada lugar que pisa pequeños brillos en forma de diminutas gotas de luz. Baila, hasta ver el sol comenzar a salir y es en ese momento que ella para, vuela hasta la pequeña caja musical , se arrodilla al mismo tiempo que dobla sus alas de cristal y observa el amanecer, en sus tonos rosa y naranja, sintiendo sus ojos adormecerse mientras la música va bajando junto a la tapa de la caja musical. Ella cierra sus ojos al instante que escucha el golpe de la caja al cerrarse, durmiendo hasta la próxima luna, soñando con días de sol y noches que nunca terminan.
