LA NOCHE DE LOS ESPÍRITUS
En una tarde de
invierno, a las afueras del estado de Pensilvania se encontraba una familia que
vivía en una mansión tenebrosa. Los hermanos Jimmy de 5 años
y Anny de 6 años, eran dos niños de escuela que solo iban tres veces por
semana debido al difícil acceso para poder desplazarse a la institución que
quedaba a tres kilómetros de donde vivían y cuyo único medio era ir caminando
por la carretera desolada y peligrosa.
Sus padres por su
parte Joseph y Margaret poco estaban acompañándolos porque se encontraban
trabajando al otro lado de la ciudad y solo los visitaban los viernes. Ellos
vivían en compañía de su tía Samantha y del perro Toby.
La mansión donde
habitaban deba miedo al entrar en ella, porque su aspecto era tenebroso y
dejaba a más de uno con los pelos de punta. La entrada era oscura, solo se
alcanzaba a divisar una luz tenue que iluminaba una de las habitaciones del
segundo piso, al fondo se apreciaban escaleras al lado y lado y lámpara de
luces rojas. Las habitaciones eran por lo general oscuras y ventanas de par en
par.
Por las tardes
solían visitar el pantano que se encontraba a dos kilómetros donde vivían, allí
se bañaban, y recorrían todo su alrededor. Cuando veían que ya se ocultaba el
sol decidían regresar a casa.
Llego el viernes y
como de costumbre sus padres llegaron esta vez muy temprano. Jimmy corrió en
brazos de su madre; mientras su hermana salió a la sala a saludar a su padre.
La tía Samara les tenía preparado un gran desayuno de bienvenida. Todos
reunidos en la mesa, empezaron a conversar sobre el trabajo de ellos en la
ciudad y lo que les ha pasado a los niños en la escuela. Luego de un tiempo de
risas y charlas deciden descansar un rato después de un largo viaje.
Por la tarde los
niños invitan a sus padres a dar un paseo por el pantano que les gustaba
visitar; mama les dice que ese lugar es muy peligroso y es mejor que regresen a
casa; en cambio Joseph acepta ir con ellos y convence a Margaret para que los
acompañen.
-Margaret, vamos y
no nos demoramos solo es un rato, es por estar con ellos; está bien pero antes
de que sea de noche regresamos a casa. -listo respondió Joseph.
Jimmy anduvo por
todo el pantano corriendo en compañía de su padre; Margaret cuidaba del perro y
veía como Anny se bañaba en el pantano.
En el momento de
salir de allí la niña sintió que alguien le cogió una pierna y trato de
hundirse, al ver la desesperación de Anny y de su madre porque se estaba
ahogando, su padre corrió a salvarla, el agua estaba muy fría, y entre las
profundidades lograron ver el cuerpo de un niño muerto; fue tanto el pánico que
sintieron que al fin pudieron salir de ese pantano, pero no supieron que fue lo
que ocurrió para que Anny se hundiera.
Los padres estaban
muy molestos porque Anny por su necedad casi se ahoga, ante esta situación les
prohíben rotundamente volver a ese lugar.
De regreso a casa
vieron unas personas que se acercaban al carro y de inmediato estacionan; un
señor les comenta que es muy peligroso visitar ese lugar porque hace años
encontraron a un niño pidiendo ayuda porque se estaba ahogando, al ver que
nadie aparecía por allí murió y el espíritu sale cada vez que alguien entra a
este.
Al escuchar esta
historia la familia decide no volver a ese sitio en cambio piensan también
salirse de allí y conseguir una casa más cercana al lugar de donde ellos
trabajan.
Los niños se
sienten muy mal y piden perdón por haber desobedecido y prometen no frecuentar
más ese lugar.
Estando de nuevo en
casa los niños se sienten muy asustados por lo que escucharon y les piden a los
padres quedarse con ellos en la habitación. Margaret no está de acuerdo y sigue
aún molesta. Joseph acompaña un rato a su hija hasta que se queda Dormida.
Anny al ver que ya
se acercaba la hora de regresar a casa no quería salirse del pantano y le decía
a su madre: Mama un rato más el agua está muy rica; No hija ya es suficiente
por hoy, mañana vendremos otra vez; reitero su madre.
Horas después los
padres salen de casa porque la tía Samara se puso enferma y les dicen a Jimmy
“No tenga miedo, vamos a regresar pronto”.
Jimmy subió a su cuarto y
se acostó, empezaba a quedarse dormido cuando escuchó que tocaban las puertas
¡Pum! ¡Zaz! ¡Tras! Los ruidos se hicieron más fuertes, Jimmy se asomó por la
ventana y vio como del bote de la basura salía un gato “¡Uff gato, me espantó!”
dijo Jimmy.
Jimmy volvió a
acostarse de nuevo, cuando estaba en su habitación oyó que tocaban su ventana,
se asustó mucho y además nadie podría tocar en su ventana porque su cuarto
estaba al final del pasillo del segundo piso, con mucho miedo abrió la cortina
y… estaba granizando y era lo que tocaban su ventana.
Entonces se armó de
valor y abrió el ropero… y un ratón salió de él. Jimmy respiró aliviado y
comenzó a reír y se dijo: “Claro, en todas las casas se oyen ruidos, pero como
es la primera me asusto de todo, los fantasmas no existen”, Decidió llamar a su
padre para decirle que estaba bien, ya tranquilo dejó de pensar en lo que había
pasado y vencido por el sueño durmió profundamente.
Al día siguiente
los padres reunieron a todos para definir la situación que los estaba afectando,
y llegan a la conclusión que lo mejor es mudarse a otra casa por la seguridad
de todos.
Esa misma tarde
hacen el recorrido para buscar otra casa que este mejor ubicada para facilitar
el trabajo de ellos y de paso encontrar un colegio para los niños.
Luego de varias
horas encuentran una casa muy bonita a dos cuadras del trabajo de Joseph y
Margaret y a diez minutos del colegio de los niños; al parecer todo marcha muy
bien y todos están muy contentos con su nuevo hogar.
Pasaron las semanas
y la situación seguía mejorando; los niños asistían al colegio y los padres
dedicados a sus quehaceres.
Un buen día deciden
irse de vacaciones en familia, para las playas del Brasil; estando viajando a
Joseph el carro le empieza a fallar los frenos y todos empiezan a gritar porque
están a punto de salirse de la carretera y caer en el abismo; cuando de repente
ven que la imagen del mismo niño de aquel día se les apareció los impulsa para
que no se caigan; pero es imposible todos llegan a lo más profundo y mueren
menos Jimmy quien llevaba el cinturón puesto.
Nadie sabe del
fatal accidente hasta que unas personas que pasan por el sitio se dan cuenta
que alguien pide ayuda y deciden llamar a los socorristas para que colaboren
para que el niño no le pase nada. Al cabo de las horas sacan los cuerpos de los
demás familiares y el de Jimmy que se encontraba atrapado en el puesto de
atrás.
Desde ese momento
la vida de Jimmy cambia por completo; los espíritus de sus familiares rondan la
casa, pero este no siente miedo sino felicidad por saber que aun los están
acompañando.
Años más tarde
Jimmy se hace cargo de la empresa donde trabajaban los padres y allí conoce a
una gran mujer con la cual se casa y tienen dos niños. Jimmy le propone a su
esposa quedarse en la casa donde vivieron por última vez y ella responde que sí.
Jimmy entra en una
gran depresión por la ausencia de sus padres y demás familiares y una noche
estando en compañía de su esposa e hijos decide acabar con su vida porque para él
ya no vale nada; ellos desesperados le dicen que no lo haga, y este muy decidido,
sin importar nada se da un disparo en la frente y cae. Ya es demasiado tarde
para hacer algo por Jimmy antes de llevarlo al hospital muere. La familia
desconsolada no puede creer lo que ha sucedido.
Finalmente, la
esposa de Jimmy y sus hijos regresan a casa y a partir de allí cada noche que
pasa se les aparecen los espíritus de los familiares y junto a ellos han vivido
por años.