La danza del cisne
Érase una vez en el año 1936, una alegre y soñadora muchacha de 16 años. Quien mientras limpiaba de su hogar, tarareaba una bonita melodía, la cual era “La Heroica” de Beethoven. Esa mañana justamente amaneció con aquella melodía en su cabeza y no había podido sacársela por el resto de día. Siendo ya las 12 pm, su madre la llamo. Ella fue en seguida a ver en que le podía servir y ella la mandó a que fuera al pueblo a comprar algo de comida en la placita.
Mientras ella caminaba, no estaba muy pendiente del camino, andaba en las nubes. Soñaba en lo que algún día le gustaría convertirse: una famosa bailarina. Con cada pensamiento empezó a “elevarse” más y más. Hasta el punto en que las personas en la calle comenzaran a verla raro, puesto que bailaba y tarareaba la canción, además en muy pocas ocasiones se veía bailar a alguien en plena calle. Y se maravillaban por sus movimientos tan agraciados y llenos de esplendor.
Ella tenía un “tipo de fantasía” que la rodeaba completamente, su vestimenta empezó a transformarse hasta convertirse en un traje de ballet blanco, brillante y con detalles de cisne. Su cabello rebelde y ondulado se recogió en una cebollita. Al entrar excesivamente en su fantasía se olvidó de la existencia del mundo exterior y sin querer penetró en un bosque cerca del pueblo. Aquel bosquecillo estaba en pleno otoño con montones de hojas regadas, las cuales tenían un hermoso color naranjo, comparado con el atardecer más bonito del mundo.
Los animales de aquella zona se acercaron lentamente y observaron a aquella extraña invitada, las avecillas imitaron su canto acompañándola con la sinfonía. Su pie resbalo haciendo que cayera, sin embargo no fue nada grave. Se levantó y siguió danzando ¡Un momento! Ella estaba… ¿Bailando sobre el agua? ¿Cómo era eso posible? Creo que será una incógnita, al menos hasta el fin de este cuento.
Los peces y otros animales se mecían al compás de la música dejándose llevar. El cielo se volvió estrellado, llegaron luciérnagas a acompañar con su luz a nuestra hermosa chica. Al parecer el tiempo pasó muy rápido. La chica sabía que esa canción la ponía con sentimientos a flor de piel y todos sus vellitos se enchinaban, adoraba ese tipo de música, la hacía sentir plena y fulgurosa.
Se notó la llegada de alguien más a escena: Un galante caballero, que con anhelo ansiaba bailar al lado de aquella jovencita que lo tenía embelesado. Él era de al menos unos 18 años, ella de repente detuvo su baile y él se entristeció, pues le gustaba el modo en que ella tambaleaba su cadera de lado a lado. Pero en su cara apareció una sonrisa seductora cuando ella se acercó lentamente. El susodicho experimento un sentimiento inefable en su pecho y ensancho al máximo su sonrisa pícara cuando ella ofreció bailar con él. Descaradamente él se aprovechó de la situación y la agarró de la cintura, tomando ahora el dominio sobre la danza.
Bailaron toda la noche, complementándose mutuamente: Ella con una danza soñadora y delicada, y él, con una danza salvaje y dominante. Pararon por fin con la aparición del Lucero de alba en el amanecer. Él prometió que la volvería a ver, en esa vida o en otra.
Alice en ese momento despertó, al escuchar su alarma sonar. Eran las 6 de la mañana apenas y… ¡qué sueño más raro había tenido! Ella, una jovencita de 14 años, quien pertenecía al siglo 21 ¿soñando algo así? Bueno, no debería parecerle algo extraño, si una vez, de pequeña soñó, que su mamá era secuestrada por un OVNI y que ella iba en su busca de su madre, aventurándose con su amigo, un esqueleto que hacía hologramas. O uno más reciente en el que volaba en un helicóptero, claro que esté sueño no parece tan descabellado como el anterior, pero ella no volaba dentro del helicóptero, no señores, ella estaba fuera del helicóptero sujetándose con una sola mano, y por más que el helicóptero se moviera como una montaña rusa, ella no sentía ni una pizca de miedo.
Ahora que lo pensaba bien, todos sus sueños eran inexplicables, raros y muy fantásticos. Claro que eso le convendría ya que, empezaba a ser una escritora, y amaba todo tipo de historia. Apenas y se daba cuenta que se había quedado dormida con los audífonos puestos, mientras sonaba la sinfonía antes nombrada, con razón soñó con ella.
Prendió inmediatamente su computador, y empezó a escribir su sueño titulándolo “La danza del cisne” y a sus protagonistas los llamaría: Al caballero, Alex. Y a la muchacha, la llamaría como ella: Alice, o tal vez Venus.
Lo guardo en su sección “Diario de sueños” en el que ya tenía uno que otro sueño anotado. Esto también explica porque la muchacha del sueño pudo bailar sobre el agua, claro, era solo un sueño. O tal vez era mucho más que eso, con una razón verdadera y más profunda…
Linda auto historia