Allá en el Cielo
Allá en el cielo!
El día que partiste, partió mi corazón;
se fue al fondo del mar, para poder llorar.
No dormía de noche, miraba solo el cielo,
esperando que aparezca tu tierna sonrisa,
con cada viento que venía sentía tus abrazos;
y con cada sonido sentía tu voz diciéndome:
Hijo no me he ido.
Le pregunté a Dios, ¿dónde está mi madre?
Ya pasaron 5 años y aun respuesta no me da.
Hoy decidí regresar a la orilla y cuando llegué recordé lo que decías:
Hijo: la que se va soy yo, no te pongas triste, para ti la vida aun existe,
me voy primero para guardarte un sitio en el cielo,
volveremos a vernos un día de nuevo.
Aún recuerdo como si fuese ayer,
ayer cuando me entere que tu corazon dejo de latir,
que tus ojos dejaron de ser la luz de mi día,
que los días serían grises,
que tu sonrisa dejaría de alegrarme la vida…
Pero aquí sigo con el corazón partido, con el alma triste,
con mis ojos buscándote en cada rincón del cielo,
con el único deseo de ver tu sonrisa de nuevo.
Solo me queda tu retrato, que miro a cada rato;
y veo en tu mirada mucha fortaleza, que llena mi corazón de mucha riqueza.
Te amo y te extraño mamita Blanca