Una Bienvenida al mejor estilo Hawaiano
Los aviones de combate también cuentan cuentos. Y estas son historias de guerra, cuentos de hangar narrados desde un punto de vista totalmente diferente: el del avión.
Inspirado en hechos reales…
—¡A SUS ESTACIONES DE BATALLA!… ¡A SUS ESTACIONES DE BATALLA!… —bramó la voz del Contramaestre a través del sistema de parlantes 1MC del “Bote”—. ¡Esto no es un simulacro! ¡Todos a sus puestos de combate!… El flujo de tráfico es hacia arriba y hacia adelante a estribor…
Inmediatamente, la voz del Air Boss sonó en el altavoz del sistema 5MC de la cubierta de vuelo ordenando el lanzamiento de los cazas en alerta “DLI”.
—¡Hey Tom!!!… Ve a posicionarte en la catapulta número uno… —le ordenó Skipper—. Vas conmigo… Cinco minutos…
—Aye Skip… —respondió un Tom todavía algo confundido por la alarma.
El movimiento a bordo del Enterprise era frenético; no había lugar de la cubierta de vuelo que no estuviese ocupado por algún avión, ya sea en chequeo de último minuto o en fase de lanzamiento.
La barra del tren de aterrizaje delantero de Tom ya estaba enganchada al lanzador de la catapulta cuando Skipper llegó e hizo lo propio en la catapulta No. 2.
El ruido en la cubierta de vuelo era ensordecedor, algo que, sin embargo, no evitó que el Comandante del VF-2 hiciera notar su voz.
—Estamos bajo EMCON “Alfa”… —le informó.
—¡Entendido!… —respondió Tom de inmediato.
Skipper sonrió.
Con esa sola frase, Tom ya sabía que protocolo de interceptación debía implementar.
Una señal, y el “Oficial de Enganche” le indicaba al “Oficial de la Catapulta” que había finalizado con el chequeo de último minuto, tanto de la barra de lanzamiento como del dispositivo de retención ubicado en la parte posterior de la pata del tren de aterrizaje delantero.
—¡PREPARADOS EN LA CATAPULTA UNO!… —sonó de nuevo la voz del Air Boss.
Tom hace una comprobación final de los instrumentos de los motores y mueve todas las superficies de control: spoilers; “tail planes” arriba, abajo y de forma diferencial; rudders a izquierda y derecha… El peso de Tom es verificado de nuevo… El Oficial de Catapulta le indica a Tom “potencia total”… Los “Chequeadores” confirman “postquemadores al máximo”… El F-14 saluda… El Oficial de Lanzamiento responde el saludo, se agacha, toca la cubierta de vuelo e indica “despegue” al Operador de la Catapulta…
Instantes después, el F-14 sintió el impulso de la catapulta que lo llevó de 0 a 150 kts en apenas ¡2 segundos!!!
—¡Catapulta uno libre!… ¡Tomcat Dos Cero Cuatro en el aire!
Tom no había terminado su carrera de despegue, cuando el Oficial de la Catapulta No. 2 ordenaba el lanzamiento de Skipper.
—¡Catapulta dos libre!!!… Tomcat Dos Cero Uno en el aire!!!…
Ahora, bajo el control de Hawkeye, ambos cazas viraron por su izquierda y, rápidamente, se perdieron en el horizonte.
Mientras los F-14A estaban ocupados en sus “negocios”, un par de A-7E del “Attack Squadron 27”, “Royal Maces”, trataba por todos los medios posibles de mantener fuera del perímetro defensivo del Grupo de Batalla del Enterprise a dos molestos bombarderos TU-95RT “Bear D”, aviones soviéticos de reconocimiento marítimo de largo alcance, los cuales se habían aventurado más al sur de lo que habitualmente lo hacían.
—Te dije… “mejor no nos acerquemos todavía… Lo más probable es que no envíen al nuevo caza”… —comentó el wingman, visiblemente enojado—. Pero… ¡NO!… Tus tenías que insistir…
—¿Y que querías…? —respondió el líder—. ¿Qué le dejáramos la oportunidad a otros?…
En lo interno de la Comunidad de Inteligencia Soviética, existía una intensa lucha por ver quién era el primero en ganarse el honor de poder fotografiar al nuevo caza naval estadounidense, desde que su presencia a bordo del Enterprise fuese detectada por primera vez por uno de los muchos “Russian Trawlers” dispersos a lo largo y ancho del Océano Pacífico.
El TU-95RT seguía protestando.
—¿Y que nos mandaron?… —se quejó amargamente, haciendo ver como que no escuchaba a su líder—. Un par de lentos y rechonchos aviones de ataque ¡armados con misiles!… ¡Es indignante!…
El viejo y experimentado líder optó por guardar silencio. Por una parte, comprendía cómo se sentía su wingman, pero, por la otra, esa era el tipo de situaciones que podían salirse de control y ser la “gota que derramó el vaso”, lo cual significaría un error de proporciones incalculables y que mal podía romper el delgado hilo que mantiene el equilibrio en el delicado juego estratégico entre ambas superpotencias.
Así que, armándose de un poco de paciencia, dejó a su wingman explayarse, diciendo todo aquello que tenía que decir y, por lo tanto, decidió pasar por alto ese arrebato de indisciplina de su subalterno quien, obviamente, no aguantaba la presión impuesta sobre sus alas por la superioridad en referencia al asunto, por demás de primer orden, de tomarle las fotos a los F-14.
De haber sido otra la situación, seguramente, la conducta impropia de aquel TU-95RT hubiese sido tachada de imperdonable y su comportamiento, objeto de un castigo ejemplar.
Eran otros tiempos.
Esta situación, una especie de “tira y encoge” entre ambos bandos, se prolongó por unos minutos más, pero y ante la insistencia y por qué no decirlo, creciente hostilidad de los Corsairs, el más veterano de los “Bear D” no tuvo más remedio que…
—Mejor nos retiramos… —le ordenó a su wingman. Y luego añadió—. No vayamos a crear un incidente internacional con los norteamericanos…
—¡Niet!!!… ¡NIET!!!… ¡NIET!!!… —se lamentó, furioso, su compañero—. ¡Esto es inaceptable!!! —añadió a la vez que le echaba una mirada fulminante a los A-7E, justo al momento de iniciar un suave viraje por su izquierda, siguiendo a su líder, y que los llevaría en rumbo directo a su base.
Si las miradas mataran, el par de aviones Navales estuvieran en este momento en su tumba marina, bajo toneladas de agua, a cientos de pies de profundidad y en los dominios del mismísimo Davy Jones…
—“Clímax control”… Este es “Bullet” Dos cero Uno… “Boola-Boola”… repito… “Boola-Boola”…
Tom miró de reojo a su jefe, a la vez que arqueaba su ceja izquierda.
—¿Boola-Boola…? —preguntó.
Skipper sonrió.
—Inspección de Apresto Operacional Tom…
—¿Quueee?!… —exclamó nuestro amigo, ahora si totalmente confundido—. Pero yo creía que era un ejercicio…
—Roger “Bullet” Dos Cero Uno, proceda a encontrarse con el A-6 cisterna en el cero nueve cero, 200, “Ángeles” 10…
—Wilco “Clímax Control”… cero nueve cero, 200, “Ángeles” 10… ¡“Bullet” Dos Cero Uno fuera…! —confirmó Skipper.
—¿Recuerdas el último COD que aterrizó?… —preguntó Skipper.
—Sí, lo recuerdo…
—Abordo venia el equipo de inspección…
Un incómodo silencio se apoderó del momento.
—Lo siento Tom… No podía decírtelo… —se disculpó Skipper—. Quieren vernos trabajar bajo presión…
—Entiendo… —respondió Tom escuetamente.
Nuestro amigo estaba al tanto de lo importante que era para el “Big E” pasar todas y cada una de las pruebas a las que sería sometido durante los días que durase la ORI.
—Bien, sígueme, tenemos trabajo que hacer… —le dijo Skipper, complacido de que Tom comprendiera la situación. Y a la mirada interrogativa de su wingman se apuró a responder—. Nos esperan en Barbers Point…Pero primero… ¡A cargar combustible!
Y después de romper por su derecha, ambos aviones pusieron rumbo al Punto de Control para el reabastecimiento en el aire establecido para la misión.
Skipper y Tom aterrizaron en NAS Barbers Point por la pista 04R/22L y de inmediato, se dirigieron a Operaciones de Base vía taxiway “Bravo”, donde un comité de recepción los estaba esperando.
—¡Bienvenidos a bordo! —saludó un A-4E del “Fleet Composite Squadron One” al momento de recibir al par de Tomcats en la rampa—. Por favor, síganme.
El pequeño avión escoltó a los F-14 hasta un espacio frente al estrado reservado exclusivamente para ellos. CAG y el Comandante del VF-1 ya se encontraban parqueados en sus respectivos lugares.
Un simple saludo con su cabeza fue suficiente para hacer notar su presencia.
—¡Uff! —exclamó Skipper—. A tiempo…
Justo en ese momento, el Oficial al Mando de la Estación Aeronaval de Barbers Point iniciaba el acto con unas breves palabras.
Todos escuchaban en silencio.
—Porque hoy se inicia una nueva era en la Aviación Naval de los Estados Unidos…
A pesar del acto que se estaba llevando a cabo en ese momento, la actividad aérea sobre la base y zonas aledañas, no había disminuido. Por el contrario, el constante despegar y aterrizar de aviones P-3, A-4 y F-4 resaltaba la importancia de la presencia del Enterprise en aguas Hawaianas.
—… Con el F-14A Tomcat, los escuadrones de caza de La Marina se equipan por vez primera con un caza de superioridad aérea para la defensa de la Flota con capacidades inigualables y unas prestaciones excepcionales…
Un sonido característico, el del reversible de cuatro motores turbohélices T-56, retumbó en el ambiente llamando la atención de Tom, cuando un avión diferente, más bien una versión exótica de uno ya conocido, aterrizaba en corto por la pista 22R/04L para, inmediatamente, salir por “Bravo-4”. El avión en cuestión, al percatarse de la presencia del par de Tomcats del “Fighter Squadron Two”, para los cuales había ejecutado una misión especial apenas unas horas antes, saludo formalmente con un movimiento de su cabeza.
—Ese, Tom, es el avión responsable por el lanzamiento y control de los blancos aéreos guiados BQM-34 que derribamos… —dijo Skipper en voz baja, a la vez que miraba de reojo al estrado.
Tom siguió con su mirada al extraño DC-130A Hércules, más que nada, debido a lo llamativo de su color, una mezcla de blanco sobre gris en el fuselaje; amarillo en las alas, pilones de carga y los estabilizadores horizontales y rojo en estabilizador vertical, típico de los aviones de mando y control de blancos guiados, hasta que cruzó la intercepción “Charlie-2” para dirigirse a la rampa del VC-1, donde el personal de la línea de vuelo del “Fleet Composite Squadron Three” lo esperaba.
Tom frunció el ceño. Algo importante se estaba cocinando en NAS Barbers Point. Y de seguro, tendría que ver con el “Big E” y la CVW-14.
De nuevo a bordo del Enterprise, Tom se encontraba conversando con sus amigos y poniéndose al día con los últimos acontecimientos sucedidos en su ausencia.
—¿En serio???… —preguntó el F-14, con los ojos abiertos de par en par por no poder dar crédito a lo que estaba escuchando—. Y, ¿cómo fue eso?…
El Corsario asumió cierto aire de importancia al momento de responder.
—Igual a cuando ustedes ejecutaron el ejercicio “BEAREX” dos días atrás…
—“BOREX”… —se escuchó decir por ahí a un Vigilante en tono de burla.
—Está bien… “BOREX”… —dijo el A-7, mirando al techo y moviendo su cabeza de lado a lado—. De cualquier manera, mientras ustedes se encontraban jugando a “derribar” avioncitos de juguete, nosotros luchábamos por mantener alejados del perímetro defensivo del Grupo de Batalla a un par de molestos y, además, ruidosos TU-95 “Bear D” los cuales, se tornaban agresivos por momentos…
Tom se quedó pensativo por unos instantes.
—Eehhh… Disculpe Señor… Pero, ¿que es “BEAREX”?… —pregunto el “novato” del VA-97 “Warhawks”.
—“BOREX”… —volvió a repetir el RA-5C, arrastrando la “O” lo más que podía—. ¡Por el amor de Dios!!!… ¿Por qué no pueden llamar las cosas por su nombre?
—¡Hey Vig!… —exclamó otro A-7E, en esta ocasión del VA-27—. Sería mucho mejor si subes al “techo” a tomar un poco de aire frio nocturno, a ver si se te congelan algunas líneas hidráulicas…
—“Bear Exercise” hijo… —interrumpió el Oficial Ejecutivo del VA-27—. Un ejercicio en el cual un P-3, tal vez dos, simulando ser bombarderos “Bear” soviéticos, tratan de penetrar el perímetro defensivo de la agrupación Naval con la finalidad de probar la capacidad del portaaviones y de su ala aérea embarcada para detectar e interceptar aeronaves hostiles…
El “novato” sonrió tímidamente. No porque había obtenido la respuesta a su pregunta si no porque, también, había aprendido una gran lección: la de quedarse callado y no hacer preguntas tontas.
0 Comentarios