Bill
Bill era un cocodrilo. Nació en un río muy pequeño, creció y
nunca murió. Pasaron los años y ese río se llenó de paredes, luego la tierra se
convirtió en ladrillos y por el último se construyó un techo circular. Ahora
Bill vive ahí abajo, en las cloacas. Un día bajó un hombrecillo con traje
naranja y una luz en la cabeza. Bill se acercó a él y al poco rato el
hombrecillo estaba en su panza. Bill ya estaba lleno y no necesitaba comer en
muchos años entonces se tumbó en el suelo a descansar. Otro día vinieron más
hombrecillos buscando al que estaba en la panza de Bill. Los hombrecillos se
acercaron a Bill y lo despertaron… él se enfadó y también se los comió. Entonces
Bill creció más. Siguió caminando por las cloacas. Nunca estaba mucho tiempo en
la misma. A veces veía a los lejos luces; él sabía que las luces eran comida y
caminaba hacia ellas. Bill había crecido mucho, ya no podía moverse por las
cloacas pequeñas, entonces fue por una muy grande hasta dar con una compuerta
metálica amarilla. Ahí había muchos hombrecillos tirando barriles a las cloacas.
Estos cada vez eran más pequeños, o eso pensaba Bill, en realidad quien crecía
era él. Se los comió también. Después se acostó a descansar. Los barriles se
cayeron y salió un líquido verde, que rodeo a Bill, hasta le entró en la boca.
Eso hizo que Bill durmiera una larga temporada.
Un día Bill despertó y se miró reflejado en el agua. Ahora
ya no era un cocodrilo, a decir verdad, nunca lo fue, pero ahora menos. Antes
tenía cuatro patas, ahora tenía más. Antes tenía cinco garras, ahora ya no
tenía garras, tenía otra cosa. Antes tenía escamas en la piel, ahora ya no
tenía piel, solo bultos rojos que explotaban y salpicaban las paredes haciendo
que echaran humo. Antes tenía dos ojos, ahora tiene más y ve todo lo que tiene
alrededor. Antes tenía una boca, ahora tenía más… muchas más. A Bill no le
gustó verse así y se arrastró por las cloacas para comerse a todos los
hombrecillos que quedaban. Y así creció más, mucho más.
Ahora Bill duerme. Se durmió enfadado, de eso hace mucho…
Pero un día Bill despertará y se volverá a mirar en el reflejo del agua y
tendrá más patas aún, tendrá cosas peores donde antes tenía garras, tendrá más
bultos en la piel, tendrá más ojos y lo verá todo y, lo que es peor, tendrá más
bocas. Aunque ahora duerme… y dormirá mucho tiempo, o no ¿Quién sabe? Pero Bill
despertará, y estará más cabreado, y ya no habrá hombrecillos en las cloacas
para saciar su hambre. Entonces, cuando Bill despierte, cabreado y hambriento,
subirá para buscar hombrecillos. Pero tranquilos, ahora Bill duerme.