COMO LA BATATA PUDO LLEGAR A LA POLINESIA
La batata comestible frecuente en la actualidad en las islas Polinesia, no es autóctona o nativa de ellas.
¿Cómo ha llegado?
La batata a diferencia del coco no flota, se hunde en el agua, por lo que es descartable su transporte por corrientes marinas y el oleaje desde Sudamérica, tierra de origen.
Podría hallarse muy probablemente la explicación en las grandes cualidades para la navegación en canoas de los polinesios, que recorrían en algunas épocas grandes distancias entre islas, orientándose por las estrellas de las que algunos conocían unas 220, que les guiaban; entre ellas les indicaba el Sur la Constelación de Escorpio.
Hay un triángulo en el Pacífico por el que se movían, de grandes dimensiones, miles de kilómetros, Hawái-Nueva Zelanda-Isla de Pascua (Eastern Island).
Es un problema similar al origen de los habitantes de la isla de Pascua, que ellos dicen que provienen de la isla o la tierra de “Javi”.
Se está investigando por estudiosos de Noruega el ADN de los nativos de Pascua para intentar aclarar su origen, y con sorpresa se ha encontrado que aparte de ADN de Polinesia, algunos tenían ADN propio de Sudamérica.
Hecho que demostraría que los polinesios viajaron en viaje de ida y vuelta a América, antes del viaja de Cristóbal Colón.
De donde se deduce que los polinesios fueron de viaja a Sudamérica y entre otras cosas trajeron las batatas americanas, habiéndose hallado restos o residuos al parecer de miles de años, o de mucho tiempo.
La arqueología y la lingüística nos muestran que la batata llegó a Polinesia por los viajes de los polinesios a América y no por los exploradores europeos como se creía.
Y parece ser que los marineros polinesios difundieron la batata por Asia.
Pues se han encontrado muestras carbonizadas de batata en algunos lugares del Pacífico, de unas fechas que se estiman anteriores al año 1000 de nuestra era cristiana.
Estudios históricos afirman que la domesticación de la batata ocurrió en las tierras altas de Perú hacer alrededor de 8000 años.
Hay varias variedades de batata, entre ellas se diferencia la de Polinesia, los europeos la llevaron a Méjico. Españoles y portugueses la difundieron del Caribe a Europa. Mientras que investigadores franceses descubrieron la variedad de batata más antigua.
Al parecer los viajes de los polinesios se habrían realizado hacia el año 1000 y 1100 d.C., por lo menos 3 siglos antes de Cristóbal Colón en sus viajes a América.
Se analizaron unas 1200 muestras de batata de este alimento de Oceanía o de Polinesia. Incluso se estudiaron plantas que trajo James Cook de las Islas Polinesia, pues fue el primer europeo que viajó por allí.
Una investigadora francesas especializada comentó: “todas las muestras que analizamos de las Islas Polinesias como Nueva Zelanda, Tahití y Hawái tienen un rastro genético que viene de América del Sur”. La investigadora es Caroline Roullier.
También se han hallado huesos de pollo de Polinesia en las costas de Chile.
Lo que demuestra junto con las batatas que hubo intercambio entre polinesios y sudamericanos.
Hay opiniones que piensan que al menos hubo tres expediciones, y que los viajes durarían de unas dos semanas a dos meses.
Parece ser que era más dificultoso ir de América del Sur a Polinesia que de Polinesia a América del Sur, como a Perú o Ecuador.
Científicos franceses han hecho estudios genéticos de la población polinesia que en su ADN evidencian dichos viajes.
En legua aymara del Perú y Bolivia “kumara” es batata, que también se denomina en Perú y Ecuador “camote”, y para dulce en Colombia.
Mientras que en Hawái, Tahití o Nueva Zelanda el vocablo “kumara” designa la batata como en regiones de América del Sur. “Camote” es “kumara” en lengua aymara. “Camote” es quechua. Una variedad de batata es denominada “boniato” en Cuba.
Mientras que en inglés es la “sweet potato”.
En estos viajes hubo intercambio y relación social, así alimentos, palabras o vocablos y utensilios.
Los españoles al llegar a América en Chile hallaron gallinas con gran asombro que muy probablemente tuvieron sus orígenes en las islas de Polinesia, lo que también contribuye a reforzar las relaciones entre Polinesia y América del Sur. Se hallaron por la zona de los mapuches actuales en Chile.
En Brasil hay tribus indígenas que presenta una genética perteneciente a pueblos de Oceanía y a melanesios o polinesios; así como semejanzas en la lengua con pobladores de Oceanía.
También en E.E.U.U. hay rastros y huellas genéticas de Oceanía en los primeros pobladores de las Costa Este americana.
Estos habitantes de América procedentes de Oceanía influyeron en las culturas americanas precolombianas.
En la Isla de Pascua hay manifestaciones de cruce genético entre los Rapa Nui y poblaciones nativas americanas.
Estas relaciones serían debidas a los viajes que realizaban los polinesios a América del Sur en canos de maderas, probable algunas de tipo balancín, durante varias semanas. Acompañándoles nativos sudamericanos en ocasiones.
Genetistas y científicos de la Universidad de Copenhague avalan que existió flujo genético entre Polinesia y América del Sur. Y con los Rapa Nui de la Isla de Pascua, destacando entre los investigadores la genetista Anna-Sapto Malaspinas.
Los estudios genéticos evidencian que el cruce genético ocurrió entre los años 1300 y 1500 en la isla de Pascua.
El Instituto Antropológico Max Planck de Alemania también ha estudiado a los habitantes de la Isla de Pascua y su genética y han corroborado la interrelación polinésica-americana. Así concluyeron que la mezcla de razas se dio entre 19 y 23 generaciones atrás, siendo genetista de éste Mark Stoneking.
La científica Malaspinas dijo que el ancestro genético de los Rapa Nui actuales era de alrededor de un 75% polinesio, un 15% europeo y un 10% indígena americano, amerindio.
Los primero europeo llegaron a la Isla de Pascua en 1722, pero la mezcla con los europeos comenzó en el siglo XIX, más tarde.
La arqueología estima que los Rapa Nui llegaron a la Isla de Pascua en torno al 1200 d.C., de nuestra era cristiana. Su historia muy desconocida aunque parece muy condicionada por la pequeñez de la Isla y por la escasez de madera, y su alejamiento de América del Sur y de la isla más próxima unos 1700km.
Andrés Carbonell Duxans.