EL FARO (Un cuentito para tu niña interior)
……-Eres mi faro en los momentos de oscuridad! no dejes de iluminar!
Y el faro seguía iluminando, para que ese barco no se diera contra las rocas.
Pero pasaba mucho, mucho tiempo y el dichoso barco no aparecía…
El faro pensaba…“tarda porque seguro que está pescando algo muy gordo”…
Otras veces elucubraba… “Está tardando tanto porque seguro que se ha entretenido con alguna sirena..¡¡ains que pesadas sooonnn.!!. No me importa!
Seguiré dando luz para cuando aparezca”.
Pasaba el tiempo y el barco no terminaba de aparecer. Era un riesgo para el faro…aunque proyectaba su potente luz, era muy consciente de que necesitaba que el barco regresara lo antes posible..
Estaba tardando demasiado y el faro se daba cuenta de que su luz ya no era tan potente y que necesitaba una capa urgente de pintura. Estaba empezando a oxidarse.
De repente, se dio cuenta de que algo no iba bien.
Empezó a llamar al barco, primero susurrando, después gritando aprovechando cuando el mar enfurecido lanzaba olas gigantescas y las estrellaba contra su cúpula.
Daba igual… a lo sumo, le llegaban con cuentagotas desde muy lejos, viejas promesas de regresar.
El faro seguía esperando, y seguía oxidándose, perdiendo luz…
Al mismo tiempo se daba cuenta de que no se podía permitir el lujo de apagarse.
Alguien le dijo una vez que era el único faro en miles de millas a la redonda!
Cada vez que le llegaban noticias de lejos, el faro se imaginaba que de verdad llegaría su barco favorito, y que todo se pondría en su lugar, como Dios manda.
Pasaron días…semanas, meses…De vez en cuando, el faro acostumbrado a estar solo, lloraba y lloraba, como si no tuviese suficiente con el agua que ya le rodeaba!
Entonces…se dio cuenta!
Que ese barco considerado tan especial no apareciera, no era la causa de su deterioro.
La causa de su deterioro fue, que al alumbrar en una única dirección, olvidó que era un faro y que tenía que alumbrar ¡¡en todas las direcciones!!
Jajajajaja!!!! Cómo no se dio cuenta antes! Será porque todo ocurre en el momento en que debe ocurrir?
Decidió ponerse manos a la obra y aunque le costó un poco poner en marcha el mecanismo de su guía medio oxidada por el desuso, y empezó a girar y a girar.
Desde ese momento, empezaron a pasar más barcos, (o mejor dicho, empezó a verlos porque siempre había barcos a su alrededor, pero como estaba tan
empeñado en mirar a un único barco, no los veía)
Y escuchaba como al pasar, le daban los buenos días, le agradecían que estuviese allí…
El faro empezó a recuperar la alegría y se entretenía mucho con el trasiego de barcos, pesqueros, grandes cruceros, barquitos veleros, mercantes, fragatas…, de todo como en botica.
Un día apareció un velero precioso, del
que salieron unos hombrecillos, que al ver el estado del faro, se emplearon a
fondo para darle una buena capa de pintura, revisar las bisagras, y… quedó como
nuevo.
Pero lo más extraordinario de esta historia es que nadie entendía cómo no
les hizo falta cambiar la batería y cómo después del aparente estado lamentable
en el que se encontraba su fachada, seguía dando la luz más potente de todos
los faros que conocían.