el pececito
Había una vez un estanque lleno de peces de muchos colores. Rojos, blancos, verdes, amarillos, naranjas. Y preciosas flores de nenúfares cubriéndolo todo.
Nadaban de un lado a otro jugando y buscando comida.
El más mayor vigilaba a los pequeños que no se fueran del estanque, había una pequeña abertura que comunicaba con el gran río.
¡Algunos se habían atrevido a pasar por allí y la pequeña corriente de agua les había absorbido cayendo al río y nunca más se supo de ellos!
Había muchos pececitos revoloteando, acercándose a la pequeña abertura, jugando y corriendo con los demás.
El pez mayor llego deprisa y los espanto de allí, No podéis estar aquí les riño o iréis al rió y nunca mas se sabrá de vosotros.
Uno de los pececitos de un color rojo intenso le dijo al pez mayor. ¿yo quiero irme al río?
¡Quiero saber que hay mas allá de este estanque aburrido!
¡El pez mayor le respondió! Aquí has nacido y tienes protección tu familia y amigos. Lo quieres dejar todo!
¿Y si hay peces más grandes que quieren comerte? ¿Y si no encuentras comida?, que harás tu solo sin nadie que te proteja?
El pececito le escuchaba, pero él seguía con su idea de marcharse del estanque.
¿Una noche cuando todos dormían se armo de valor y se dirigió a la abertura que iba al río?
Cerro los ojos y dejo que la corriente le arrastrara, sintió un pequeño tirón y de pronto se encontró en el rió inmenso.
Abrió mucho los ojos y vio la luna reflejada en el agua y el cielo azul lleno de estrellas.
Que hermoso pensaba mientras se dirigía al otro lado del rió mas tranquilo y sin turbulencias.
Mientras lo cruzaba se encontró a un gran salmón que iba a su lugar de nacimiento para morir.
¿El pececito le pregunto por que vuelves a donde naciste ¡no eras mas feliz en el otro sitio donde vivías?
El salmón muy cansado le respondió. Es mi hogar, mi familia y amigos, ya viví la vida que me correspondía y fui muy feliz, ahora quiero despedirme de ellos y descansar para siempre en el lugar que nací…
El pececito siguió su camino al otro lado del río y se encontró que por encima de su cabeza volaba una mariposa. ¿Dónde vas le dijo la mariposa estas lejos del estanque, no tienes miedo de estar solo.
¡Me canse de ver siempre lo mismo, quiero conocer otros sitios! La mariposa se despidió de el y le dijo. ¡Ten cuidado aquí suele haber un gran pez y podría comerte!
Gracias ya casi estoy en el otro lado del rió y se ve todo muy tranquilo.
¡De pronto del agua salio el gran pez! El pececito se asusto mucho y se escondió detrás de unas piedras.
El gran pez lo vio y se dirigió a el, abrió su gran boca y lo absorbió entero.
El pececito estaba dentro de su boca y luchaba por salir de allí. Dentro había un gusano que le dijo ¿hazle cosquillas en la lengua y abrirá la boca?
El aterrorizado le dio con su colita unas cuantas sacudidas y el pez abrió la boca y en ese momento el salió corriendo río abajo.
Después del miedo que paso llego a un sitio tranquilo y con más peces que le dieron la bienvenida, reconoció a muchos que eran del estanque que habían desaparecido.
¿Hola como estáis sois felices aquí? Le pregunto el pececito, todos le miraron con cara triste, queremos volver al estanque, aquí tenemos que escondernos siempre para que no nos coma el gran pez.
El pececito le contesto, pues no se como volver, a mi me arrastro la corriente y tendremos que encontrar otra corriente que nos lleve de vuelta.
El gran pez se había ido tras una presa y podían estar tranquilos durante un tiempo.
Todos los pececitos le preguntaban por sus familias y amigos, como los echaban de menos y las ganas que tenían de volver al estanque.
¡Yo pensaba que aquí seria feliz y vería mundo, pero os veo tan asustados y tristes que no ha valido la pena escaparme del estanque!
Nosotros pensábamos lo mismo que tú y míranos aquí sin poder movernos para que no nos coman.
¡Se me ocurre una cosa! ¡Y si entre todos echamos al gran pez de aquí!
¿Como ¿preguntaros todos a la vez.
¡Asustándolo! ¿Y cómo lo haremos? ¿Preguntaron los pececillos?
Ahora iremos a dormir y mañana se me ocurrirá algo.
El pececito miraba la luna resplandeciente en el río y los millones de estrellas brillando en el cielo.
¡Ya esta, ya se como echaremos al gran pez! Grito despertando a los demás pececitos.
Dinos como ¿le preguntaron?
¿Llamo a su amiga la mariposa y le dijo, tu conoces al gran cocodrilo que vive más arriba del río no?
Si yo le ayudo me poso en su lomo y le espanto los insectos. Pues dile que quiero hablar con el.
A la mañana siguiente la mariposa llegaba con el cocodrilo inmenso de más de 4 metros de largo.
Que quieres de mi ¿le dijo abriendo su inmensa boca con los dientes afilados. .
Tu conoces al gran pez del río? Si le conozco es mi enemigo se come todas mis piezas.
¿Quiero que lo asustes para que se vaya del río! le dijo el pececito con los ojos muy abiertos.
¡Está bien y que gano yo al cambio!
Todos lo peces te limpiaremos tu piel de algas de gusanos y larvas.
¿Esta bien me gusta la idea, le dijo el cocodrilo?
A la noche siguiente la luna llena seguía brillando sobre el rió, el gran pez se acercaba de nuevo a donde estaban los pececillos. De pronto entre las piedras salio el cocodrilo y de un bocado se trago al gran pez entero.
Todos los pececitos miraban temblando de miedo. El pececito rojo dijo al cocodrilo solo queríamos que lo asustaras no que te lo comieras.
El cocodrilo con la boca cerrada se fue corriendo muy lejos de allí, abrió la boca y soltó al gran pez, advirtiéndole que no volviera a acercarse a lo pececitos.
De nuevo volvió a donde estaban todos mirando y aun temblando por lo que habían visto.
¿El pececito le dijo creíamos que te lo habías comido? No jajaja solo quería darle una lección para que no abusara de vosotros.
Se despidió y continuo rió arriba con la luna brillando sobre su piel.
Todos se reunieron y pensaron que era hora de volver a casa, ya no les resultaba tan divertido haberse escapado.
¡Pero el pececito rojo no pensaba igual ¡ahora que no esta el gran pez podemos estar tranquilos y disfrutar del río! . Los demás no pensaban igual y se despidieron del pececito buscando la apertura que los devolvieran de nuevo al estanque..
¡Adiós que seas muy feliz nosotros nos vamos a casa! Todos juntos desaparecieron en la noche por una pequeña apertura que conducía al estanque.
El pequeño pez miraba el río brillante y pensaba, ¡para que quedarme aquí solo, siguió rió abajo y encontró una desembocadura que daba al mar,
Nuevamente se dejo llevar por una corriente y llego al mar inmenso.
Los nuevos peces vinieron a saludarlo y darle la bienvenida, allí había espacio y comida para todos.
Al fin llego donde quería vivir y desarrollarse como pez, Al cabo de un tiempo, todos sus nuevos amigos empezaron a mirarlo extrañados y hablar bajito cuando el pasaba por su lado.
¿Qué pasa por que me miráis tan extrañados ¡. Soy yo el pececito del rió!.
¡Mírate! Has cambiado mucho. Le pico la curiosidad y Subió a la superficie para ver su reflejo en el agua ,! se quedo impresionado, su cola era como un abanico precioso de distintos tonos de rojo, cuando se movía era como si flotara, las aletas laterales le daban un aire majestuoso y bellísimo Se había convertido en un hermoso pez y había logrado su sueño.
Nunca dejes de soñar, consigue tus sueños, ellos te llevaran al lugar donde perteneces.