El poder de la mente vs lo sobrenatural
En mi país se cree mucho en lo sobrenatural; cuentos de brujas, diablos, aparecidos y santos son abundantes en todos los rincones sin importar clase social y religión profesa. Y es aquí el “más allá” se manifiesta a menudo debido al sincretismo cultural que hemos adoptado donde la creencia de ver, sentir o “montarse un santo” es algo normal. Estas creencias no dejan entender que la mente es poderosa y precisamente esas experiencias que percibimos como fuera de este mundo son producto de ella.
De pequeña, escuché en el baño que me llamaban: era una voz aterradora y decía mi nombre con una furia intensa como si quisiera llevarme a su dimensión, se me escamó la piel, empecé a tiritar y rompí a llorar. La primera explicación, para una niña acostumbrada a ver películas de terror, educada bajo la iglesia y sus demonios, era que esa voz venía del otro lado.
Tiempo después experimenté la parálisis del sueño y creí ver la sombra de una persona saludando. Algunas noches, entre sueño y realidad, creí sentir alguien del lado izquierdo de mi cama: se sentía el aire pesado, frío e incluso cómo ese alguien esbozaba una sonrisa tras de mí. Para esa época siempre tenía pesadillas y desde entonces y hasta hace unos años, sufría de insomnio.
Más tarde, cuando empecé a interesarme en la psicología, me di cuenta que todo eso que me atormentaba era simplemente yo misma. Mi mente proyectaba a modo de alucinaciones auditivas y sensoriales las dificultades de mi vida familiar y escolar. Dejé de creer en monstruos y aprendí a aceptar situaciones, a intentar cambiar mi realidad hasta que poco a poco lo fui consiguiendo y desaparecieron mis afecciones.
En todo ese proceso de búsqueda me di cuenta que la danza de “Los Palos”, fiesta popular dominicana que se realiza en honor a un santo, hace caer al bailarín en un estado de conciencia involuntario donde se actúa según instinto y se “apaga” la zona responsable de la memoria, por eso casi nadie recuerda lo que hace cuando se le “monta ” Anaisa Pye o el Barón del Cementerio. El baile es una terapia poderosa y más si se le unen la música de congos, el tabaco y el alcohol.
Muchos me dirán que estoy equivocada y puede que sea cierto pero considero que cuando la mente se aferra a creer algo simplemente lo hace realidad y ahí radica su poder. Por eso quienes creen en brujos son los únicos que quedan curados, el vudú solo afecta a quienes piensan que puede hacerlo y quienes creen en fantasmas y demonios son los únicos que pueden verlos, porque solo puede existir en su mundo lo que la fe reproduce. Por eso creo firmemente que la fe mueve montañas, que todo lo imposible puede ser posible en la mente y lo que es posible en tu mente determina tu realidad.
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