El Resurgir de la Bestia
Introducción
Se dice que los jóvenes son los que mejor viven, más felices y más oportunidades tienen. Tienen tiempo para todo, para estudiar, para disfrutar, para ligar y para reír, pero, desgraciadamente también lo tienen para sufrir las burlas y humillaciones de sus compañeros de clase. En los institutos de muchas ciudades, la mayor parte de ellas occidentales, 60 de cada niños o niñas sufre acoso o humillaciones por parte de sus compañeros de clase, como que les metan la cabeza en el retrete, le rompan sus cosas, le peguen y mientras los graban con el móvil para luego reírse de el en Internet, para que todo el mundo vea su humillación.
Un ciclo de destrucción, odio y sufrimiento
Todo empieza en una mañana tranquila, apacible pero agitada. Se respira aire de nerviosismo y de intranquilidad en el ambiente, a la vez que de alegría y animo.
Empiezan las clases y todos los chicos empiezan a hablar de las cosas que han hecho durante las vacaciones de verano y como se lo han pasado, intercambiando opiniones.
Son las 10:02 de la mañana. Un chico de 17 años se acerca a la parada del autobús para ir a su nuevo instituto, donde espera que las cosas le vayan bien, después de haber recibido trato despectivos y degradantes. por la mayor parte de sus compañeros, tanto de clase como de instituto.
Subió al autobús, sentadose en uno de los primeros asientos libres, pasando tranquilamente el trayecto hasta el instituto. Cuando llega allí, saluda a los conserjes, entrando en el hall esperando a que venga mas alumnos. Poco a poco, van viniendo mas, mientras tanto decide darse una vuelta por el instituto, aunque, antes de que empezaran las clases ya se había familiarizado con el.
La entrada se fue llenando de más y más gente, hasta que un hombre y probablemente, uno de los profesores, les dijo que fueran entrando en una puerta que conducía a una sala con asientos en posición de sala de proyecciones.
Asi era la bienvenida que solían dar los profesores y miembros educativos, tanto a los nuevos alumnos como a los que no. Al día siguiente, el chico se dirigió junto a los demás, seguidos de un profesor que les diría a que clase tendrían que ir, para seguir el horario de clase. El chico que había elegido estudiar un curso formación profesional de Informática, empezó a conocer a los demás compañeros.
Se presento. Los demás también dijeron sus nombres, empezaron a hablar un poco pero guardaron silencio, porque el profesor iba a darles una charla sobre como iban a organizar el trabajo a lo largo del curso. Después, les recordó que al día siguiente el horario ya seria el que tendría todos los días de clase, de 8:30 hasta 14:30.
Me sentía bien, sabia que iba a intentar estudiar y aprobar todas las asignaturas. Pero, todo empezó a ir mal, cuando llegaron nuevos compañeros que no estuvieron durante la presentación.
Empezaron con meterse conmigo durante los recreos, a discriminarme por mi manera de ser. Al principio, pensé que estarían de broma intentando seguirles un poco y reírme con ellos. Pero, empezaron a más, a más y ya no me encontraba a gusto.
Así pasaron los días, las semanas, los meses y es que no podía más.
Durante el segundo trimestre y el tercer trimestre, intente llevarme bien con ellos, pero no, no había manera.
Pensé en suicidarme pero, ¿que resultado tendría aquello?
Hoy ya había llegado el limite. Unos alumnos de otras clases. me habían tirado una piedra que por poco me da en la cabeza.
Estaba tranquilo sentado en unas gradas y me levante para ir a buscar al responsable.
Le pregunto si me iba a pegar, le dije que no pero si ir al jefe de estudios pensando que no tendría ningún tipo resultado. Fui a la clase que me tocaba hoy, mis compañeros habían visto la discusión con ese chico y empezaron a burlarse de mí.
Estaba harto de todos. Sin pensarlo, cogi un extintor colgado en la pared, y sin ningún tipo de remordimiento le pegue en la cabeza a uno de los compañeros que se había puesto a burlarse de mi antes.
Arrojado en el suelo, machaque su cabeza hasta dejárla aplastada totalmente, mientras, los otros impresionados, se acercaron a mi a pegarme puñetazos y cinco contra uno como siempre. Saque del bolsillo un tornillo que me encontré por el suelo, para clavárselo a uno de ellos en el cuello.
La sangre inundo el suelo, fluyendo como un río por pasillos y escaleras, como si de una macabra cascada se tratara.
El chico se volvió loco, con un hacha de incendios, mataría a todos los que una vez, y otra y otra, se rieron de el y le humillaron.
Ahora, sus cabezas rodaban como balones por todo el instituto. No podías pisar ni un centímetro de suelo sin llenarte la planta del pie de hemoglobina.
A base de hachazos, cortando brazos, piernas y cabezas, de esta manera, culmino su venganza, su ansiada venganza y, lo que nadie esperaba que hiciera, eso hizo.
Cuando hay mucha presión acumulada, se quiere meter más y más, siempre acaba explotando. Después de haber creado una masacre, finalmente, la policía se llevo al chico sin que poner ningún tipo de resistencia. Resulta increíble con la fuerza y intensidad con la que había despedazado a todos y con la brutalidad empleada.
Mientras se lo llevaban, nadie dijo nada al día siguiente en el instituto. Estaban tan traumatizados y impresionados de lo sucedido, que por sesiones con los psiquiatras a los que fueran, jamás pero jamás, olvidarían ese suceso, que marcaría una regla, una justicia.
A partir de ahora, el que deseara acosar o humillar a alguien en un colegio o instituto, se lo tendría que pensar dos veces sino quiere acabar así, como en esta trágica historia.
Aunque, esto no es nada nuevo si es la primera vez, que en España, sucede algo así ya que en EU.UU, solo que aquella ocasión ocurrió en unos bosques cercanos al instituto, en el que el chico sufría no solo acoso, sino palizas también.
Todo acabo, en que el chico harto de todo, cogio una sierra mecánica y mato a todo al que pudo, ahora el esta interno en un asilo para jóvenes con trastornos mentales, pero se ha guardado un nombre allí, no muy respetado aunque si muy temido, el Asesino Acosado.