Entrevista Abraham Prieto
Lunes 26 de Octubre 2015.
Entrevistamos a Abraham Prieto, autor del libro “Escuchando el silencio”, una obra en la que a través del relato corto describe algunas de sus propias experiencias en la Naturaleza. En sus páginas encontramos una defensa de la vida libre y salvaje, y del mundo rural sostenible.
–Abraham, ¿Qué es para ti la naturaleza?
La naturaleza es un refugio. No puedo hablar de ella como vía de escape, sino como lugar al que pertenezco de verdad. Al cabo de los años he encontrado en ella, como en los libros, una fuerza ascética.
–¿Qué se escucha en el silencio?
A nosotros mismos. Nos encontramos. Es tan fácil como cerrar los ojos y aguzar los oídos para escuchar: el crujir de los árboles con el frío, el canto de los pájaros, el susurro de los animales que corretean por la hojarasca. Sólo así empiezas a comprender.
–¿Qué se oye en el silencio?
Ésta es una buena pregunta, porque hoy lamentablemente oímos, no escuchamos. Nos han arrebatado la capacidad de escuchar, de sentir, de tener sensibilidades e inquietudes. No somos capaces de deleitarnos en lo maravillosas que son las cosas sencillas. Somos prisioneros de la prisa y la mediocridad.
–Parece que el hombre moderno tiene otras inquietudes…
Ya no tiene ninguna. Y ha sido rápido. Antes encendías la televisión y de la naturaleza hablaba Félix. Hoy en horario de máxima audiencia tienes a algún energúmeno que sólo muestra cómo hacer deporte en ella, enseñando a humillarla, a pisotearla. Es terrible. El que ama la Naturaleza no tiene nada que ver con eso.
–Tu libro te transporta, te traslada a paisajes, te hace vivir en plena naturaleza, ¿En la sociedad actual que vivimos nos estamos perdiendo todo esto?
Sin duda, el entronque del individuo con el paisaje se ha perdido definitivamente. A la gente le espanta el olor a vaca en los pueblos. Le agobia el silencio. A los niños no se les explica que el barro sólo mancha, que los animales no hacen daño. No conocemos nuestra fauna. Y en el campo pierdes el tiempo: no hay wifi.
–¿El medio ambiente sufre el desinterés de la sociedad igual que otras cosas como la literatura o el arte? ¿Qué consecuencias tiene?
Exactamente igual. No interesa que apreciemos lo bueno y bello que hay en el mundo. Hoy no sabemos sentarnos al sol en una mañana de invierno a leer un libro. Creemos que tenemos cosas más interesantes a las que dedicar nuestro tiempo. Fútbol, telebasura… Un hombre inculto es el sostén de los que están arriba. Siendo lo que nos han hecho ser somos más dóciles, más útiles, les molestamos menos.
–Hoy en día en España, ¿vamos por buen camino en lo que a respeto por el medio ambiente se refiere?
Hoy el medio ambiente goza de una protección que antes no tenía, pero nos queda mucho trabajo. La sociedad no está concienciada. Además de dramas clásicos como la caza o los incendios, enfrentamos nuevos impactos como el deporte en el campo, terriblemente destructivo, o el ecoturismo de mala calidad. Y eso sólo se arregla con educación. Formando en valores.
–¿Crees que desde la administración se hacen las cosas bien?
España es lo que es y ya sabemos cómo funciona aquí todo. Debemos muchísimo a grupos y fundaciones ecologistas y a investigadores y naturalistas independientes que hacen frente a los políticos, que sólo son capaces de ver la naturaleza como algo que arrasar para su beneficio. Estos últimos años han sido tristemente prolíficos en leyes ambientales que van a causar mucho dolor para llenar unos pocos bolsillos.
–¿Qué consejos nos darías para cuando vamos al monte o la naturaleza?
Ir con conocimiento. Aunque sea básico. Sé que es difícil, pero si sales al campo y no sabes qué animales o qué árboles hay, ni te interesa, no vas a entender nada. Vas con una venda en los ojos. Lo que debe preocuparnos es tener una guía de aves, no pamemas como la ropa técnica o perfiles altitudinales.
–Volviendo a los libros, recomiéndanos un libro y un escritor que hablen sobre éstos temas.
Hay mucha literatura que habla del hombre bueno contra las miserias de la sociedad y que trata de encontrar el sentido de las cosas en la naturaleza. Una lectura fundamental es el popular Walden, de Henry David Thoreau. Debería ser obligatorio en la escuela. En novela, Cormac McCarthy o Jack London tratan esto en casi todos sus libros.
–¿Tienes algún hábito a la hora de escribir? ¿Alguna técnica concreta?
Nunca se me ha ocurrido escribir para agradar ni para buscar una aceptación general. Escribo como si lo hiciera para mí mismo, y de hecho así empezó todo con Escuchando el silencio. No sé si puede considerarse a eso técnica concreta.
–Cuando un autor publica su primer libro, lo hace con toda la ilusión del mundo, y con incertidumbre de lo que va a pasar ¿Cómo ha sido para ti esta experiencia? ¿Qué recomendarías a otros escritores que no se atreven a publicar su obra?
Escribir es una forma artística que enriquece al hombre y a la que hay que dar salida. La publicación debería ser apoyada desde arriba. Nos han convencido de que la cultura son los artistas de medio pelo y gala televisiva. Pero no. La cultura son los libros. Sin ellos no somos nada. Ya lo estamos pagando caro.
–¿Qué es www.geopercepcion.com?
Es mi página personal, llevo varios años escribiendo en ella. Hoy está derivando a reportajes y sobre todo a artículos de opinión. Es un mecanismo de desahogo y una herramienta de concienciación.
–Para terminar ¿Ebook o papel?
El libro, como instrumento difusor de la cultura, es fundamental. La base. Hablo con gente que viaja con maletas enormes pero que irónicamente no tiene sitio para un par de libritos delgados en una esquina de la maleta. El libro como objeto es parte consustancial de la lectura. Y debemos darnos cuenta de que si acabamos con el continente acabaremos con el contenido. El formato electrónico es una superficialidad. El que lee en ebook no tiene ni idea de lo que es ser un lector ni de lo que es un libro.