La isla en coins
La Habana es como esas ruinas que sostienen los mendigos
y derrumba el agua.
Es un montón de hombres y mujeres
ansiosos de camino,
de shampú L’oreal parís
de medias Forever 21.
Y sus manos desgastadas
y sus bocas ávidas
y su jodida costumbre de perseguirse el culo.
No creen
eso de que no hay lugar en la tierra
donde no resuenen los gritos de los desvalidos,
de los humillados,
de los perseguidos.
No creen
que el tocino sea lo mismo que el bacon
ni el café lo mismo que el coffe.
Sin embargo,
hasta aquí llegan los gritos
y están,
todavía,
arropados en mil lóbulos.