Los sueños solo mueren si muere el soñador.

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Los sueños solo mueren si muere el soñador.

[…] El edificio ardía entre feroces llamas, Sam asustado gritaba a los bomberos que su hijo Peter estaba dentro. Preso de horror y pánico estaba en la esquina Deimos que presenciaba lo ocurrido, pero un acto de valentía hizo que empezase a correr hacia el interior del edificio y con gran habilidad sorteó a los bomberos que le impedían pasar. Una vez dentro observó como todos los muebles eran devorados por las llamas. Recordó cual era la habitación de Peter y se dirigió a ella, ahí estaba el pequeño niño lloraba desconsolado. Sin pensarlo dos veces, Deimos lo cogió como años atrás lo hizo Elly con él  y se lo llevó. Estaba a punto de salir al exterior, cuando de pronto un fuerte e intenso golpe le desplomó. Deimos se quedó aturdido durante unos segundos y cuando se dio cuenta un par de vigas le tenían inmovilizado y le habían hecho un profundo corte por el que sangraba. Se sentía cada vez más débil, y con las pocas fuerzas que le quedaban pudo observar como un bombero se llevó al niño al exterior y segundos después volvió para liberarle, pero ya era demasiado tarde, sus sueños  se quemaron junto a sus ganas de vivir.

Todo empezó una lluviosa noche de diciembre, en una espeluznante prisión a la que llamaban perrera, cuando una joven Hasky, llamada Elly, dio a luz. Deimos fue el único superviviente de todos sus hermanos. La madre primeriza cogió a Deimos del cuello y con delicadeza lo poso sobre una vieja manta y le comenzó a lavar con cariño. Tras dos felices días de cariño maternal, dos hombres abrieron la jaula e intentaron alcanzar al pequeño Deimos, pero cuando Elly se percató se antepuso delante del cachorro y saco los dientes. Ante esta situación uno de los hombres inyectó un sedante a Elly y cuando esta se desplomo rendida, cogieron al pequeño cachorro y lo metieron en una furgoneta. Deimos estaba asustado, paralizado sin saber qué hacer. Empezó a sentir como la furgoneta se movía y tras una hora de viaje el automóvil freno bruscamente y se abrieron las puertas. De las siguientes horas solo recuerdo a Deimos encerrado en una urna de cristal y a una familia  interesada en él que se lo llevó a cambio de unos billetes.

Deimos fue el regalo cual pez de pecera, comenzó una nueva vida caricias, aplausos, cariño y comida. Se hizo uno más aquella familia. Manuel, el mayor de dos hermanos,  siempre le sacaba a pasear.
Peter, el hermano pequeño de tan solo tres años se divertía tirándole de los bigotes. Creo que fueron los seis meses más felices de su vida, pero todo lo bueno tiene un fin y llegó el verano. Una calurosa mañana de verano el padre, Sam, cogió a Deimos y lo montó en el coche. Viajaron durante una hora, unos 60 kilómetros, el coche freno en seco y se abrieron las puertas recordándole a Deimos el viaje en furgoneta seis meses atrás. Le echó y aceleró rápidamente. Vio como se alejaba el coche, estaba perdido sin saber qué hacer. En este momento empezó la búsqueda de un refugio y algo para comer. Caminó durante días sin rumbo fijo. Mientras tanto se pregunta qué había pasado, como le había podido suceder esto a él. Al sexto día divisó la ciudad donde días atrás vivía. Levantaba el hocico buscando su portal. Esa misma noche mientras dormía en cartones entre basura y ratones, Deimos tuvo un sueño en el que volvía a estar con su madre, fue tal vez una visión de lo que se avecinaba pero no sabía exactamente como terminaría.

Se despertó sobresaltado cuando sintió que dos hombres un tanto familiares le tenían atado y se lo llevaban a una furgoneta que también le era familiar. Le encerraron en una jaula con barrotes de hierro donde había miles de perros. Entonces recordó donde se encontraba y empezó a preguntar a los demás reclusos si conocían a Elly, todos negaban hasta que encontró a un viejo Hasky llamado Skarner que decía conocer muy bien a Elly y que se dispuso a conducirle a donde estaba. Allí se encontraba Elly parecía haber envejecido diez años, no paraba de toser. Se les llenaron los ojos de lágrimas al verse. Elly le desvelo que Skarner era su padre, Deimos impresionado no se lo podía creer, era todo como en su sueño hasta que los dos hombres volvieron y se intentaron llevar a Elly, pero como ocurrió meses atrás aunque esta vez se intercambiaron los papeles, Deimos se interpuso para evitar volverse a separar de su madre, pero no tardaron en darle con una barra electrificada que le dejase paralizado. Cuando Deimos recuperó la consciencia de lo que paso y  preguntó a Skarner donde estaba su madre y este predijo lo inevitable: “Seguramente se la hayan llevado a donde se van los perros viejos o enfermos”. Deimos iba a preguntar a donde cuando un espeluznante alarido produjo un profundo silencio en la perrera, esta sería la última vez que Deimos oiría la voz de su madre.

Al amanecer siguiente cuando los hombres abrieron la jaula, Deimos con rabia y rencor se tiró contra uno de ellos haciéndose paso para escapar dejando atrás todo aquel sueño convertido en pesadilla. Ahora su único sueño era el de volver con su anterior familia en la que el pequeño e ingenuo Deimos todavía confiaba en que le querían y que todo fue un error. Camino durante días por las aceras de la ciudad peleándose con gatos y otros perros por un trozo de comida, hasta que encontró lo que semanas atrás fue su hogar. Se quedó durante horas sentado en el portal esperando ver alguna cara familiar, fue al amanecer cuando vio acercase a Sam. Este al ver a Deimos sentado en el portal, con las patas ensangrentadas de caminar día y noche, con una mezcla de odio y furia le propino una patada en las costillas, Deimos desconcertado comenzó a correr si rumbo. Paso el día llorando en la esquina de la calle contemplando el portal. Cuando llegó la noche un extraño suceso llamo la atención de Deimos, el edificio ardía en llamas y un acumulo de personas estaban expectantes de estas. Lo que ocurre a continuación ya lo sabéis.

 




  • 10 Comentarios
    1. Cristian 10 años hace

      Es realmente conmovedor, impacta desde el principio, buena historia.

    2. Angel 10 años hace

      Conmovedora y esplendidamente escrita enhorabuena al autor por esta obra maestra

    3. Sebastián 10 años hace

      Me ha encantado, en serio, tiene un punto trágico que casi te hace llorar del cariño que le terminas cogiendo al perrito. Tu escritura me gusta. Sigue escribiendo. 😀

    4. Victoria 10 años hace

      O.o Pobre Deimos… es muy triste, muy trágica. No es que este mal escrita o no sea buena (está perfecta), solo que a mi la tragedia no es lo que más me guste.

    5. Lector 10 años hace

      Me ha encantado, es un gran relato para mostrar la auténtica realidad que sufren los pobres animales. :´(

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