Spleen II
A pesar de conocer el resultado,
acabo siempre abriendo mi corazón
a la gente para dejar bien claro
que el mundo tiene siempre la razón
y soy yo el que se ha equivocado
por buscar el amor y el amparo,
desesperadamente,
donde era inexistente.
De vagar a oscuras estoy cansado,
con cada paso me equivoco más,
deambulo ciego por este camino
y si me da por mirar hacia atrás
descubro que el primer mal paso dado,
desde el principio, fue el haber nacido.
¿Para qué seguir sufriendo?
No es vida estar muriendo.
Mejor quemarse que arder lentamente
bajo este Sol que nos ofrece días
más oscuros que la noche y me ofusca.
Estoy encerrado en una cárcel fría,
que es este aire, que constantemente
respiramos, de la cual mi alma busca
la única salida,
que es quitarse la vida.
Ah, mi cadáver será sepultado
en un viejo féretro de madera
corroído por las viles termitas
y cubierta con una losa negra.
Dentro, mis restos serán devorados
por lombrices, que ciegas y malditas,
construyen su morada
dentro de mis entrañas.
Pronto dejan su tarea y descubren
que estoy vacío por dentro y por fuera,
como las promesas de los humanos,
como las putrefactas calaveras
recubiertas y comidas por la mugre
y por mis compañeros, los gusanos.
Envidio a los muertos que
no sienten ni padecen.