Tus Huellas En Mí
Un intercambio justo.
Le regalo una mirada,
A cambio de una sonrisa.
Puedo regalarle un chiste tonto,
Si me regala su risa.
Le ofrezco mi mano,
Sólo si promete no soltarme,
Y le regalaré un suspiro,
Si tiene el valor de abrazarme.
Le ofrezco una caminata bajo la luna,
Por el simple precio de una rosa,
Y le doy una tarde alegre,
Si me hace sentir hermosa.
No hay nada que no le diera,
Que por usted no haría,
Si es el dueño de mis pensamientos,
De mis noches y de mis días;
El culpable de mis insomnios,
La razón de este sentimiento,
Que aunque no sea correspondido,
Me deja libre de lamentos.
Aquí no existe sufrimiento
Y entre nosotros puede haber mucho más.
Quizá sólo esté viviendo de sueños,
Pero me trae una inmensa paz.
Y me desnudaría el alma,
Le dejaría ver dentro de mí:
Mis ángeles y demonios,
Lo que me entristece y me hace feliz.
Con sólo una condición,
Sólo una cosa le pido,
Que no se aleje, por favor,
Que se quede conmigo.
Le haré olvidar las penurias,
Las catástrofes y tempestades.
No tendrá ya la necesidad
De rezarle a deidades,
Porque yo me haré cargo
De los milagros personalmente,
Si me permite estar en su vida
Hasta que llegue mi muerte.
Momento de Sinceridad.
A veces quisiera poder decir
Todo lo que siento por ti,
Poder tomar tu mano y sentir
Que nunca me dejarás ir.
Hay caminos que quiero recorrer
A tu lado y sin temer;
Hay tanto por hacer
Y no te quiero perder.
En este viaje te puedo asegurar,
Que mil estrellas seré capaz de alcanzar.
No importa si nadie cree en mí,
Porque tú estarás ahí.
Yo te haré feliz
Y estaremos bien aquí.
Finalmente podré descubrir
Todo lo que me queda por vivir,
Y eso es gracias a ti.
Gracias al universo por traerte
Y a tus padres por tenerte.
Mi intención no es complicarte,
Yo sólo quiero amarte.
Y si debo cambiar, lo haré,
Porque te mereces eso y más.
A donde quieras, te acompañaré,
Y no te dejaré jamás.
Poesía.
La poesía
es mi forma de gritarle,
a través de letras,
versos
y con disimulo,
todo lo que no soy capaz
de susurrarle
al oído…
Recorrer el mundo.
Recorrer el mundo,
mi amor,
es recorrer tu piel
con la punta de los dedos,
mientras están ebrios,
inyectados de cariño,
drogados
de tanto besarte las dudas,
los recuerdos,
la incertidumbre;
mientras siga yo
embriagada
de tanto amarte,
corazón.
Una gota.
De ti conozco sólo una gota,
Pero me gustaría conocer tu océano.
Saber qué piensas
Y en qué momento;
Saber qué miras
Y qué ves,
Y el porqué;
Saber qué te hace sonreír,
Qué te hace entristecer,
Qué te hace estremecer,
Qué te hace enfadar,
Qué te hace sonrojar,
Qué te hace llorar de felicidad.
Quiero saber cómo duermes
Y con qué sueñas,
Y de quién te adueñas
Cuando lo haces.
Quiero saber por qué esa canción,
O esa película,
Es tu favorita;
Qué la hace tan especial.
Quiero saber tu historia,
Tu infancia, tu niñez;
Qué viviste,
Qué travesuras de niño hiciste,
Si te escondías de los monstruos
Que estaban bajo tu cama,
O en tu closet,
Y se disfrazaban de ropa
Y juguetes.
Puede que de ti conozca sólo una gota
Pero, por favor,
Muéstrame tu océano,
Estoy dispuesta a navegarlo entero,
Sin recelo
Y sin miedo.
Eres.
Eres la luz en mi oscuridad,
El arcoíris después de la tempestad,
Llovizna que hace florecer,
El más hermoso amanecer,
La última fuerza de voluntad
Cuando toda la esperanza se va.
Eres el brillo en mis ojos,
Aquel que me reconstruye cuando sólo quedan despojos,
Los latidos de mi corazón,
Aquel que hace que pierda la razón;
Mi locura, mi bondad,
Mi cariño, mi tranquilidad.
Eres todo eso y más,
Y hasta me dejas sin palabras.
No tienes igual,
No se te puede comparar.
Tu belleza, aunque pocos la sepan apreciar,
Es como este sentimiento: totalmente real.
Desearía.
Desearía descansar en tu regazo,
Hasta que se venza el plazo
De tu amor por mí, en un “siempre”.
Desearía despertar entre tus brazos
Y romper en mil pedazos
Esta tristeza que me miente.
Desearía sentir tu aliento en mi rostro
Y unir todos los pedazos rotos
De este ardiente corazón,
Que con cada latido te regala un “te quiero”
Y te dice que es verdadero
Este amor sin condición.
Desearía ser la almohada en tu insomnio,
El ángel que derrote al demonio
De tu habitación;
Lo que piensas al despertar,
Por toda una eternidad,
O hasta que nos dure esta pasión.
Desearía cortar los kilómetros con tijeras,
Para que ya no nos duela
Esta distancia inmerecida.
Desearía ser inmune a la caída
A la realidad, desde la fantasía,
Al tropezarme con nuestra despedida.
Dame un segundo, un minuto o lo que sea,
Para desmontarte, para que veas
Que cada promesa es sincera.
Regálame un millón de relojes de arena,
Para romper con la condena
De no poder mirar juntos la misma luna llena.
Condenado.
Le has quitado el vestido a mi alma,
Has visto mis sentimientos sin máscara,
Me has llevado hasta la luna
Y me has bajado el alba.
Has contado cada una de mis virtudes,
Memorizado mis manías y tocado mis lunares;
Me has ayudado a corregir mis errores.
Tu pasión ha sido intensa como la de mil soles.
Has alumbrado mi vida,
Me has regalado esperanza;
Has sido un halo de luz en plena oscuridad
Y, en plena guerra, has sido paz y tranquilidad.
En mis noches más frías,
En el más oscuro de mis días,
Cuando me he sentido más vacía,
Me has regalado tu armonía.
¿Cómo no quererte a mi lado?
En mi corazón estás condenado.
En tus labios yo he llorado
Y tú, como nadie, me has amado.
Amor de muchas vidas.
Hay tantos nervios que recorrer,
Hay tantas pieles por besar;
Sé que nuestro amor no ha empezado aquí
Y que aquí tampoco terminará.
Estamos atados con nudos de marinero,
Desde lo más incierto hasta lo más certero.
Sé que si en esta vida nos perdemos,
En la siguiente es seguro que nos encontraremos.
Son nuestras almas las que se hallan,
Se llaman y no se callan;
Se juntan y se alejan,
Como bailando sobre moralejas.
Sé que eres tú porque lo veo en tus ojos,
Ese “algo” que no veo en otros;
Esa “luz” tan deslumbrante y llamativa,
Es más que natural que me deje cautiva.
El tiempo siempre nos ofrecerá una vida mejor,
Sin tanta rutina, en cada reencarnación.
Toma mis manos, mis labios, mi corazón,
Y en la siguiente vida podré recordar esta sensación.
A pesar de la distancia.
Si algún día volvemos a estar cerca,
Entonces ahí lo sabré.
Sabré que la espera valió la pena
Y que ya no me rendiré.
Sé que amar es para pocos,
Sólo valientes vencerán;
A quienes persisten, les llaman “locos”,
Pero son quienes lograrán triunfar.
Si la distancia no nos permite tocar,
Sé que entre tanto podremos soñar.
El día que te vuelva a ver, podré volar,
Mi corazón se abrirá y no se volverá a cerrar.
Aunque no tenga tus labios a milímetros,
Juro que no olvidaré su sabor,
Y aunque tus manos estén a kilómetros,
Aún podré sentir su calor.
Porque la distancia no es impedimento para amarte,
Sólo hará más grande mi deseo de adorarte.
Y aunque no despierte a tu lado, siempre voy a estar ahí;
Mantenme en tu corazón, para que no puedas sufrir.
Está demás decir que te extrañaré,
Ya te extraño y aún sigo aquí.
Siempre recuerda que te amaré;
Sin importar la distancia, ahí estaré.
Mi presente.
El caos se hizo orden
Y aquí estás tú,
Que en medio del desastre
Has sido mi luz.
No pretendo que te quedes,
Que te unas a mí para siempre,
Pero sólo te pido una cosa:
Que hoy seas tú mi presente.
Tus huellas en mí.
Mis labios te sabrán distinto,
Mi perfume te parecerá desconocido,
Mi rostro tendrá una forma extraña,
Pero seguiré siendo la misma.
Nuestros latidos irán a un ritmo disparejo,
Nuestras miradas evitarán cruzarse,
Nuestros silencios incómodos serán tormentosos,
Pero seguiremos siendo mismos.
Tu cabello tendrá otro aroma,
Tus manos tendrán otro aspecto,
Seguramente te verás más alto,
Pero seguirás siendo el mismo.
Entonces, ¿qué cambiará?
Digo, además del tiempo,
La fecha, la hora y el lugar,
Y el pequeño envejecimiento en nuestras caras.
Nuestras almas serán las mismas
Y seguramente se reconocerán,
Seguirán amándose con locura
Y con una terrible intensidad.
Pero las mentes son olvidadizas
Y les costará un poco más recordar.
Incluso, nuestros corazones tardarán un poco,
Les dolerá revivir las memorias.
Pero aunque parezca otra,
Mi alma seguirá ahí,
Siempre buscando a la tuya,
Siempre tratando de coincidir.
Y aunque tú habrás cambiado,
Tus ojos aún brillarán,
Mostrando tu alma desesperada,
Buscando a la mía sin cesar.
Aunque esté al otro lado del continente,
Del mar, del mundo o del universo,
Hay una cosa que debes tener presente:
Llevo tus huellas en mí en cada verso.
En un descuido, te extrañaba.
El viento me susurró tu voz extrañándome,
La luna me trajo tus abrazos para abrigarme,
Las estrellas me contaron que lloraste al recordarme
Y una lluvia pasajera me recordó tus labios besándome.
El frío de la noche me cobijó para consolarme
Y la distancia confesó que eres tú lo que me faltaba.
El sueño me venció y, en un descuido, ya te soñaba;
El amanecer me despertó, justo a tiempo para calmarme.
Un ave volaba bajo, preguntándome por mi tristeza;
Le conté de las ciudades que nos separaban.
Creo que hasta el Sol escuchó cómo mi corazón saltaba
Y una lágrima escapó, por más que la sostuve con firmeza.
Tu ausencia, mi castigo.
Al Sol esta mañana se le olvidó alumbrar
Y a la Luna se le olvidó dormir;
A mis ojos se les olvidó mirar
Y a mi sonrisa se le olvidó fingir.
Mis manos olvidaron cómo tocar,
Ahora sólo se empeñan en destruir.
A mis brazos se les olvidó abrazar
Y mi corazón se olvidó de latir.
A la tristeza se le olvidó marchar
Y a mi risa se le olvidó reír;
A la alegría se le olvidó regresar
Y la distancia se empeñó en dividir.
Al hielo también se le olvidó enfriar,
Y al agua hoy se le olvidó hervir,
Porque el fuego de la estufa ya no sabe calentar
Y cuchillo afilado sólo sabe herir.
Tu ausencia inmunda incita al olvido,
Áspera, desagradable y repugnante conmigo,
Cortante y agresiva, alejándome del alivio;
Esta ausencia tuya es el más terrible castigo.
Tinta indeleble.
Tu caricia suave pidiéndome que me quede,
Tus labios delicados deseando que sea breve,
Tus latidos desesperados tratando de amarrarme,
Las yemas de tus dedos rogando para no olvidarme;
Tu alma sollozando porque yo ya no estaré,
Tu boca haciendo muecas porque ya no volveré,
Tus ojos siendo lagos porque pronto marcharé,
Y una lágrima en el suelo porque no hay nada más que hacer.
Llevaré tu nombre escrito, con tinta indeleble,
En el fondo de mi alma y en mis versos, para siempre.
Porque no importa cuándo, ni cuánto tiempo lo intente,
Este amor está tallado en la corteza de mi mente.
Pensamientos destrozados.
Mis palabras no fluyen,
No sé qué decir;
Mis pensamientos se revuelven,
No pueden salir.
Mientras el pecho me duele
Y el alma se me desgarra,
Por ese verso que ya no vuelve,
Por ese sentimiento que se marcha.
La distancia no duele tanto,
Como cuando estamos cerca,
Y hay un abismo separándonos,
Tan frío que quema.
No eres tú, no soy yo;
Las circunstancias son las culpables,
Terminaron en un segundo
Un amor interminable.
Yo con el alma hecha pedazos,
Tú con el corazón quebrado,
Mientras se rompen nuestros lazos
Y el amor queda abandonado.
Fue un gusto tenerte
Y un placer conocerte;
Me despido de esta llama inerte
Y se siente como de muerte.