Vida cotidiana de risa
En la oficina donde trabajo (un taller inhundado de ratas)La telefonia es malisima y se oye a los clientes como si estuviera lejos e incomprensiblemente Se siguió el siguiente diálogo:
__ ¡Buenos días! Carrocerias alcobendas, ¡por favor!
__¿Con quien tengo el gusto de hablar?
El señor repetía su nombre varias veces, sin embargo, el trabajador solamente comprendía: “¿Estás oyendo?” Y el le contestó: “Estoy oyendo pero quien está hablando?”. Por fin logró comprender que se llamaba “Calvo”.
En otra ocasión fue a llamar a un cliente del municipio IES Gustavo Adolfo Becquer , un municipio del Estado de Algete, referente a una factura negociable atrasada y pregunté por la empleada responsable de ese asunto y me dijeron que ella se había venido aquí a Algete, entonces le informé el nombre de la empresa, “Carrocerias Alcobendas”, la cual la persona se asustó sobresaltada: “¿Del hospital? ¡Dios Mío! ¿Qué le pasó a ella?” Cuanto más intentaba hacer que me escuchase claramente, más ella escuchaba equivocadamente “hospital”. Descolgué y llamé enseguida, diciendo: “¡Taller de pintura y chapa!” Y ella respiró calmada: ” ¡Qué susto me diste!”
Esta ocurrió en mi casa: mi padre estaba sentado en el sofá de la sala delante de la televisión desconectada. Le vi murmurar tristemente:
__”¡Cada día veo menos! ¡Mi vista está pésima! ¡Lo veo todo empañado!”
Cogí sus gafas, las lavé con agua y jabón, las sequé y le pedí que se las pusiera.
__”¿Estás viendo mejor?”
__ “Ah, ¡ahora sí!”
Él tiene la costumbre de meterse en la cocina cuando esta llena de vapor en la cocina y nunca se acuerda de limpiar las gafas.
Buen relato de humor bien pensado y te echas algunas risas