Becky…

Becky…

Te miro dormir y me complace. Te dejo dormir porque no me gusta
llamar a nadie cuando duerme, me parece de mal gusto. Al fin te despiertas y
parsimoniosa te estiras cuanto puedes. 
Me encanta esa expresión tuya cuando te
estiras. Me maravilla tu capacidad de elongación.

Vienes a mí, te rozas conmigo y comienzas a
alejarte a pesar de que ahora si te llamo: ¡Rebeca! ¡Becky! ¡Ven!

Tú igual te alejas a pasos lentos, con ese
andar tuyo que yo no sabría describir.

 Y yo insisto: ¡Rebeca! ¡Becky! ¡Ven!

 Apenas tengo tiempo para ver cómo te acercas
a la ventana
  y saltas… hacia el
jardín.

 Y me digo: los gatos son una cosa seria…




  • 0 Comentarios

    Dejar una respuesta

    Contacto

    info@scriboeditorial.com
    666 47 92 74

    Envío
    o de las

    Inicia Sesión

    o    

    ¿Ha olvidado sus datos?