La luz

La luz

Escuché esa voz trémula, deslizarse zigzagueante por mis oídos. De inmediato me di cuenta que algo andaba mal, la voz tenía una apariencia rota, débil y a punto de echarse a llorar, y la reconocí de inmediato. Esa voz era más importante para mí de lo que recordaba, y al procesar lo anterior en un solo un segundo; sentí pánico. Y no me pude despertar. 
Luché en vano con mi cuerpo, era una batalla que estaba perdida. Sin embargo lo más doloroso fueron los recuerdos. Memorias que ya daba por superadas, pero que obviamente jamás fue así. 
Mis ojos se sentían pesados y a pesar de que sentía mi cuerpo luchar la ardua batalla contra el sueño, ellos no daban señas de abrirse, de recibir las señales que daba a gritos, de obedecer lo que mi cerebro le dictaba. 
Escuché una vez más y mi pánico aumentó, esa voz se escucha lastimada, necesitada. 
Golpeé mentalmente los recuerdos, ellos no me ayudaban en nada, sólo atraían ese sentimiento de culpa que sentía por no darle atención a la persona que dejé de amar como se lo merecía. 
Una vez más la voz habló, y lo que dijo me destrozó. 
Estaba rota. Estaba llorando. 
Nunca la escuché llorar. 
Lágrimas brotaron de mis ojos, y desee que por lo menos purificaran mi memoria. Después de todo, merecía sentirme así. 
Me revolqué en las sábanas y me di por vencida, había perdido oficialmente la batalla. Era una pésima todo. 
Cuando daba mis últimas palabras mentales, se prendió la luz de habitación. 
Y por fin pude abrir los ojos.
Muy bonita noche a las poquitas personas que me leen. ❤️



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