Jake.
Los aviones de combate también cuentan cuentos. Y estas son historias de guerra, cuentos de hangar narrados desde un punto de vista totalmente diferente: el del avión.
Inspirado en hechos reales…
Tom aterrizó en Patuxent River después de un vuelo de hora y media y sin mayores complicaciones. Un pequeño vehículo, una especie de mezcla entre Mr. Tug con Dash, lo esperaba en el taxiway.
—¡Bienvenido a bordo señor!, soy su “Plane Captain” —se presentó—. Por favor, sígame.
El F-14 inclinó su cabeza a manera de saludo, mientras el pequeño vehículo lo escoltaba a su lugar de estacionamiento temporal ubicado en la rampa de tránsito, justo al lado de Operaciones de Base.
—Puede descansar durante el resto de la tarde… —le informó—. Mañana a las 0600 se realizará un brief de introducción frente a Operaciones de Base.
—Muy bien… ¿algo más que deba saber? —preguntó Tom.
—No, todo se le informará por la mañana…
—Perfecto…
—De nuevo, bienvenido a Pax River señor…
—Gracias…
Tom no podía disimular su curiosidad. Y aunque estaba algo cansado, no dejaba de mirar a su alrededor. Gran cantidad de aviones que nunca había visto hacían vida en la línea de vuelo en Pax, como era conocida la NAS Patuxent River, sede, tanto del “Naval Air Test Center” como de la “United States Naval Test Plane School”.
Solo pudo identificar a un Intruder y a un Skywarrior, éste último porque había conocido a uno durante su periodo en Calverton. Le llamó la atención un avión chiquito y regordete, de alas arriba, que se parecía a otro más grande y estilizado con apariencia de caza. Pudo ver también un pequeño avión ala baja, con el tren de aterrizaje de nariz tan largo, que parecía que en cualquier momento se caería hacia atrás.
No pudo evitar sonreír.
Resaltaba el hecho de que la mayoría de los aviones destinados al NATC tenían el morro, el empenaje vertical y los paneles externos de las alas pintados en una especie de color rojo, cuyo significado todavía no podía entrever.
Pero él tampoco había pasado desapercibido. Un EC-130Q TACAMO del “Fleet Air Reconnaissance Squadron Four”, VQ-4, conversaba en voz baja con un C-118B perteneciente al “Fleet Tactical Support Squadron One”, VR-1 mientras echaban algunas miradas disimuladas hacia Tom; un T-2C Buckeye de la “U.S. Naval Test Plane School” estuvo a punto de salirse del taxiway al no quitarle la vista de encima a Tom, a la vez que un NC-121K del “Oceanographic Development Squadron Eight”, VXN-8, quien se encontraba en el punto de espera de la pista 06/24, casi aborta su despegue con tal de poder observar mejor al recién llegado.
─Bien… Bien… Bien… —se escuchó una voz—. Miren lo que tenemos aquí…
Tom estaba tan concentrado observando sus alrededores que apenas tuvo tiempo de reaccionar.
Cuatro aviones, tan diferentes unos de otros, se acercaban lentamente hacia la rampa donde se encontraba estacionado el nuevo caza.
—Mi nombre es F-4 Phantom —se presentó quien parecía ser el líder, mientras miraba a nuestro amigo de atrás para adelante y de arriba hacia abajo—, pero puedes llamarme Jake… —Añadió guiñándole un ojo y sonriendo maliciosamente.
Tom se limitó a escuchar y observar. Apenas movió la cabeza en respuesta al saludo de su interlocutor.
—Y estos son mis amigos F-8 Crusader, A-4 Skyhawk y OV-10 Bronco…
El pequeño avión bideriva mostraba una conducta abiertamente amenazante mientras se cubría con el fuselaje del A-4.
—¿Lo golpeamos jefe? —logró preguntar el Bronco, antes de recibir un coscorrón por parte del A-4.
—Jejejeje… No le prestes atención… —dijo Jake—. Su tamaño no dice nada en comparación a su capacidad para meterse en problemas…
—Mi nombre es F-14 Tomcat —se presentó nuestro amigo.
—Y… ¿qué motivo te trae a Pax?
—La Marina quiere evaluarme…
—¿La Marina eh? —le interrumpió el Phantom, con una mirada inquisitiva.
Jake no disimulaba su desprecio y no tardó en demostrarlo.
—Así que entonces, ¿eres “El Nuevo”?…. —preguntó con una sonrisa arrogante, mientras volteaba la mirada hacia sus amigos en busca de apoyo.
Crusader estaba tan embelesado con la estampa del nuevo avión que Jake tuvo que darle un pequeño golpe en el ala para que volviera en sí.
—Di… Disculpa… —alcanzó a decir torpemente.
Tom se limitó a guardar silencio. No sabía a qué se refería Jake con lo de “Nuevo”; así que prefirió dejarlo hablar para ver en que terminaba la conversación.
—Pues déjame decirte una cosa “hijo” —dijo con sorna—. Aquí mando yo y ellos obedecen… —añadió, mientras señalaba a sus amigos y al resto de los aviones en la línea de vuelo.
Crusader hizo un gesto de fastidio con su boca. Al parecer, no se sentía a gusto con la situación.
Al igual que Jake, Crusader era un caza naval. Y muy bueno por cierto. Pero la tecnología progresaba a pasos agigantados y entonces quedó relegado a unidades de segunda línea en favor, ciertamente, del mucho más avanzado F-4 Phantom.
Y el temor de Jake, que era justamente el de quedar como “segundón”, se había materializado con la presencia del F-14 en Pax.
—… Y si piensas que vas a venir a imponerte, estas muy equivocado, pues te las ve…
—¿Que está sucediendo aquí? —preguntó una voz ronca que le pareció conocida a Tom.
Jake y sus amigos se sobresaltaron al ver llegar a dos aviones de mediano porte que, al parecer, acababan de aterrizar.
—Hola Intruder…Gusto en verte —alcanzó a responder algo nervioso el arrogante caza—. ¿Qué tal Hawk?… Bonito radar… eh? —dijo en tono de burla refiriéndose al domo contentivo del radar del E-2.
Hawk prefirió pasar el comentario por alto, mientras que Intruder se apresuraba a interponerse entre Jake y Tom.
—Solo le estábamos dando la “bienvenida al nuevo”… ¿No es cierto? —abrió sus ojos de par en par, mientras dirigía una mirada amenazante al F-14.
Tom no respondió.
—De igual manera ya nos íbamos —hizo una señal a los demás aviones para que lo siguieran—. Nos vemos en la línea de vuelo…
El pequeño Bronco le lanzó una mirada retadora al F-14 mientras decía en voz baja:
—Te estaré observando…
El A-4 volvió a golpear al OV-10, en esta ocasión, con la pata derecha del tren de aterrizaje, a la vez que sonreía nerviosamente a manera de disculpa.
—Hola Tom… Mi hermano me dijo que ibas a venir… —le dijo el A-6.
—Qué tal Tom… Un placer… —le saludó el E-2.
—¿Qué les puedo decir? —se limitó a contestar el agotado caza con una mirada de agradecimiento.
—Te pedimos disculpas por lo sucedido. Jake… Bueno… Ha estado irritable desde que se enteró que ibas a venir.
—Realmente no es culpa de ustedes.
—Es verdad… En todo caso, y para evitar inconvenientes, te recomiendo que estés de bajo perfil, por lo menos en los primeros días de operación. —le sugirió Intruder.
—Si tú lo dices…
—Bien, nos vemos mañana en Operaciones… —se despidió Intruder.
—Sí, Hasta mañana Tom… ¡Y bienvenido!!!… —Hawk hizo un gesto con el ala izquierda mientras rodaba hacia su lugar de estacionamiento.
Tom respiró hondo. Definitivamente, no se dejaría amedrentar por nadie y menos por el caza al cual estaba destinado a sustituir.
Solo en la rampa, los estabilizadores abajo, las alas sobre-plegadas a 75º, la mirada desafiante frente a un atardecer gris que amenazaba con transformarse en tormenta, Tom juro que iba a convertirse en el mejor avión de caza de todos los tiempos.