Como niños con perro.

Como niños con perro.

Quizás no lo saben, pero les comento:
Hay gente que camina por la vida como si nada, sabiendo que destruyó los sentimientos de alguien más.
Y aún así; viven, ríen, juegan y sonríen.
Yo no entiendo como lo hacen.
Como les da el coraje de no detenerse a pensar, que alguien en algún lugar, en algún oscuro rincón, está llorando por su culpa.
No entiendo como pueden apoyar su cabeza en la almohada sin sentir ningún cargo de conciencia.
Sin sentir un nudo en el estómago.
Es tan injusto, que las personas que hacen las cosas bien, sufran por quienes hacen todos los méritos para cagarla.
Es como darle una medalla a un asesino, y encarcelar un cadáver. Así de loco e injusto se vuelve el tema.
Se debe ser muy frío, calculo yo, para llegar a no sentir ni un poco de culpa.
Ni unas miseras disculpas se les caen de la boca y aun así, siguen caminando como si nada pasara.
Como si ellos tuvieran el cielo comprado.
¿Saben qué es lo bueno?
Que al final del día, cuando llegan cansados del trabajo, las personas buenas, no solo la tristeza los espera.
Si no, que tambien los aguarda alguien más.
Y ese alguien más, es el echo de saber que algo mejor llegará. 
Ese alguien más, se llama esperanza.
Tarde o temprano, cada uno tendrá lo que merece.
Y no importa cuantas veces se pida algo al universo.
De nada vale pedir algo que no van a cuidar.
Es como ir a un restaurant y pedir un bife, siendo vegetarianos.
Para pedir algo, hay que ser conscientes y actuar como se debe cuando lo obtengamos.
Ya no somos niños pidiendo un perrito del cual nos haremos cargo solo para jugar.
Hay que aprender a cuidar al perro, y limpiar sus desastres.
Porque todo, tiene su lado bueno y su lado malo.
Hacerse cargo de las cosas, es lo que vale.




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