• TOKONOMA. (Haibun)
Hace unos días leyendo, Botchan de Natsume Söseki (lo recomiendo) tropecé con la sonora palabreja y su explicación. En ese momento saltó una imagen en mi cabeza que me pegó en la frente, llevaba más de treinta años agazapada en el trastero de mi memoria.
(abreviando)
Conocí en Madrid a una estudiante norteamericana con la que fui a su piso, alquilado hacia pocos días, con el pretexto de buscar un libro, que me iba a prestar. Apenas entramos se dirigió a su cuarto, la seguí, la rubia (de pocas ideas y muchas curvas) que estaba inclinada, mirando a la Meca, removía, junto a su cama, unas cajas esparcidas por el suelo en busca del dichoso libro, rápidamente fui por detrás, en su ayuda.
Repasamos el índice hasta el último punto.
Después de apagar el pertinente cigarrillo, me levante y descalzo hasta los pies, me dirigí al servicio; crucé el salón con altos ventanales sin cortinas de donde venia el ruido del infernal trafico madrileño y languidecía un atardecer velazquiano.
Llevaba en la boca la sensación de nostalgia que provoca el post… “tabaco” y fue cuando vi aquel rincón.
En ese rincón del salón había una especie de hornacina sobre una pequeña columna de madera, en la que estaba una jaula vacía, y encima, colgaba en la pared, un tapiz con algo escrito en japonés. Debajo, en el suelo, afiches arrancados de las paredes, una silla rota, ropa sucia, periódicos y revistas. Pregunté que era aquello, y la rubia dijo que el anterior inquilino había sido un estudiante japonés y aquello era algo así como un altar o algo parecido. Todo lo que allí había, era lo que había dejado abandonado aquel inquilino y lo estaba juntando en ese rincón para tirarlo a la basura.
Estaba ante la profanación de algo sagrado, algo que me llegaba, sin saber a ciencia cierta su significado. Rememore la imagen y la mezcla de sensaciones, por un lado la falta de respeto por parte de la rubia como por mi y la confusión que provoca lo desubicado. Ahora sé, que estuve (sin calcetines) delante de un tokonoma, el único que he visto en mi vida en vivo y en directo.
En el crepúsculo.
Una jaula vacía
sobre el tokonoma.