Sei la Terra e la morte
Yo soy como la Tierra, siempre
sola, siempre viva. Siempre
gravitante. Siempre giratoria.
Siempre trescientos sesenta y cinco.
Y cuatro. Años bisiestos
y estaciones.
Fantaseo con la niña que duerme
en la otra cama. Se ha hecho amiga
de gallinas hacinadas y ratas
con ojos de sangre. Ella y yo
vivimos en una casa con muros
descubiertos, pilares enormes,
ventanas sin vidrios, alfileres en
las fotos, veneno para gatos.
Me quiere, pero me habla cerca
de la oreja y no consigo ver
lo que me dice. Todo porque soy
una mujer sin párpados ni boca.
Hueca.
Vacía como la Tierra
Oscura como la Tierra.