LA GALLETA COMPARTIDA
En Venezuela, la crisis económica ha producido grandes estragos, sobre todo en la dieta de los Venezolanos, se observa que los niños en las escuelas comen poco y no llevan merienda, a sus padres se le dificulta comprar lo que aquí llamamos chucherías, comen poco azúcar y alimentos dulces.
Actualmente estoy dando clases en una escuela pública, con estudiantes de 4to Grado, durante la hora del receso los niños comparten sus meriendas y lo poco que traen, inclusive la maestra cuando tiene, intenta repartir con ellos lo que puede conseguir en las tiendas.
Una niña del otro 4to Grado, siempre se acercaba a mi escritorio y compartía una galleta tipo Marilú, estas galletas son parecidas a las oreos de vainilla, pero son más grandes, dividía la galleta y me entregaba la mitad, podía ser con la crema o sin ella, en la medida que pasaban los días del año escolar esa mitad iba cambiando, cada día era más pequeña, ya sea porque se la comía por hambre o la repartía a otros compañeros.
Cierto día, llegó como siempre, me abrazo y me regalo el pedacito más pequeño de galleta que había visto en mi vida, (del tamaño de un cuarto de dedo), pero lo hizo con tanto cariño como si me estuviese dando la misma mitad que me daba al inicio, le devolví el abrazo y me comí aquello lo cual me supo a gloria, ya que contenía el amor maravilloso de la inocencia de un niño.
Aprendamos a ser como los niños, simples, desenfadados, incondicionales y amorosos, ellos nos enseñan hermosas lecciones todos los días.
¿Qué compartes con amor?